Rafa Mir se ve las caras con el Atlético cuatro meses después de la última intentona colchonera

El Sevilla FC se hizo este verano con los servicios de Rafa Mir, en uno de los fichajes más relevantes que se produjeron en LaLiga Santander durante el verano. El delantero cartagenero era una pieza codiciada tras acabar su cesión en el SD Huesca, pero más aún tras su magnífica actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio, y el Atlético de Madrid, el rival este sábado del equipo sevillista, intentó hasta el último momento hacerse con sus servicios y evitar que volara a la capital de Andalucía.

Finalmente fue Monchi el que se ha llevado el gato al agua, en una operación por la que se pagó al Wolverhampton Wanderers 10 millones de euros más cinco en variables de las cuales tres millones son de fácil consecución y el resto de difícil cumplimiento.

Pero el económico no fue el único escollo del Sevilla para hacerse con el fichaje del prometedor delantero. Apenas unos días antes de que se cerrara la operación, se daba por hecho que Rafa Mir iba a firmar por el Atlético de Madrid e incluso medios capitalinos anunciaron que se había cerrado.

Pasaba el tiempo y no se hacía oficial, mientras en el entorno del club rojiblanco parecía que se decantaban por Dusan Vlahovic, al que la Fiorentina no quiere vender. Ahí Monchi se movió rápido para ofrecer al atacante el proyecto que buscaba, y Rafa Mir -que comparte representante con Julen Lopetegui- se decidió por venir.

Sin embargo, el Atlético de Madrid no había dicho su última palabra, e incluso intentó convencer al delantero de que no firmara por el Sevilla y esperara hasta el último momento. Las intentonas colchoneras se produjeron incluso cuando el jugador estaba a punto de despegar desde Birminghan, ciudad inglesa desde la que tomó el vuelo privado que le llevó a la capital hispalense el pasado jueves. Finalmente, el cartagenero acabó en Sevilla y los colchoneros reforzaron su delantera con Mateus Cunha, además de Antoine Griezmann en la última operación del mercado, aunque el galo cubre otro perfil distinto al de Mir.

No fue, ni mucho menos, la primera vez que el Atlético de Madrid se intentaba inmiscuir a última hora en los negocios de la entidad hispalense. Es conocida, porque la ha contado él mismo en varias ocasiones, la llamada que recibió el hermano de Ivan Rakitic cuando estaban en el hotel Los Lebreros dispuestos a firmar a la mañana siguiente su contrato con el Sevilla en el mes de enero de 2011. El croata acababa de conocer a Raquel Mauri, su mujer y madre de sus hijos, y fue fiel a su palabra.

La más reciente, y más polémica, fue la intromisión en el acuerdo de renovación que el presidente José Castro había anunciado con Vitolo en el verano de 2017. El canario llegó a viajar a la capital andaluza para firmar la renovación tras semanas de tiras y aflojas con el Atlético, pero nunca llegó a presentarse en las oficinas del Sánchez-Pizjuán y a cambio tomó un vuelo privado a Madrid para convertirse en nuevo jugador colchonero.

Rakitic eligió el Sevilla y su carrera despuntó. No pasó lo mismo con Vitolo. Ahora, el murciano ha tomado el camino del primero y no quiere saber nada del Atlético, como demostró en la rueda de prensa de presentación. “Esto es fútbol, no tengo nada que hablar de otros clubes que no sean el Sevilla FC. Poco tengo que hablar de eso”. Sentenciaba Rafa Mir. Ahora le toca dar la cara ante el equipo que le quiso, pero con la boca chica.