La máquina de Julen

El Sevilla FC ha vuelto a ganar. Lo ha vuelto a hacer por 1-0, el resultado de los pragmáticos. Va ya más de una treintena las veces que lo logra con Julen Lopetegui en el banquillo -seis victorias de seis ante el Getafe CF-, pero si algo de distinto tiene la victoria de este domingo es que el sevillismo, ya sí y de forma definitiva y casi unánime, disfruta como su entrenador de cada triunfo por la mínima. La afición se conoce el guion, sabe que la máquina está engrasada, que el equipo juega a esto y que, además, le sale como a nadie.

La máquina de Julen tiene su motor atrás, lo engrasan y desengrasan según haga falta entre ese impresionte trío que conforman Diego Carlos, Koundé y Fernando. Ante el Getafe el francés se marchó antes por unas molestias, pero Diego Carlos dio un clínic, sin fallar ni una sola acción, mientras que Fernando siempre estaba donde hacía falta. Arriba o abajo, a la derecha o a la izquierda. El pulpo siempre aparece pese a no haber entrenado con normalidad en toda la semana. Hay quien dice que el Sevilla no juega bien, pero se equivoca. Quizás no juegue vistoso, pero es difícil jugar mejor que un equipo al que no le hacen media ocasión casi por partido.

Hay quien dice que el Sevilla no juega bien, pero se equivoca. Quizás no juegue vistoso, pero es difícil jugar mejor que un equipo al que no le hacen media ocasión casi por partido.

No hubo sorpresas en el once, si acaso la ausencia de un Rakitic que necesitaba algo de descanso tras un mes duro de competición. Volvía Fernando a pesar de su esguince en Cádiz, y lo hacía, como no, a buen nivel. Eso sí, el equipo se ha acostumbrado ya a jugar con el croata y estaba algo perdido en el centro del campo pese a que Óliver y Jordán tenían toda la voluntad.

En todo caso, el Sevilla salió mandón. Dispuesto a ponerse pronto por delante y las llegadas se sucedían por la banda derecha con ese potro desbocado que es Lucas Ocampos. Tres córneres nada más empezar eran un aviso, e incluso a Rafa Mir se le anuló un gol en fuera de juego. El Getafe no inquietaba por sí mismo, pero sí por los errores de Koundé en la salida de balón, que durante algunos minutos recordó a aquel casi olvidado de Éibar al poco de llegar a Nervión. El más grave, en el minuto 13, tuvo que acabar solventándolo Fernando.

Lopetegui había cambiado a Ocampos de banda y el equipo era más impreciso, lo que aprovechaban dos tanques como Jaime Mata y Enes Unal para poner cada vez en más apuros a una zaga que, eso sí y como casi siempre, solventaba el peligro. Ese tramo lo cerró el Sevilla de la mejor manera, marcando. Ocampos volvía a la derecha y un jugadón personal acabó en centro para que Rafa Mir, de tacón, hiciera su sexto gol en LaLiga Santander y el noveno de la temporada. Contó con la inestimable colaboración de David Soria, ovacionado al saltar al terreno de juego y cantarín en la jugada decisiva.

A Mir le pasa como al equipo, que las sensaciones pueden ser una cosa y la realidad de los números otra, y lo cierto es que este delantero sí que las mete. Este domingo por tres ocasiones, y aunque sólo una subió al marcador, le sirve para aumentar su confianza para un tramo decisivo que volverá a afrontar solo. Su temporada quizás no sea sobresaliente aún, pero sí que está instalada en el notable.

A Mir le pasa como al equipo, que las sensaciones pueden ser una cosa y la realidad de los números otra, y lo cierto es que este delantero sí que las mete. Este domingo por tres ocasiones, y aunque sólo una subió al marcador, le sirve para aumentar su confianza

A raíz del gol, los de Lopetegui no perdieron la cara al partido y siguieron llegando, pero sí que bajaron una marcha y se puso a funcionar a buen ritmo la maquinaria de un equipo que apenas sufre. No es que no le marquen, es que apenas sí le tiran con peligro un partido tras otro. El trío que conforma el engranaje más importante, eso sí, se quedó mutilado tras una mala caída en un salto de Koundé, quien tuvo que ser sustituido en el descanso por Gudelj.

Que la maquinaria funciona lo demuestra el serbio. Gudelj se quedó como una pieza residual en una plantilla en la que muchos estaban por delante, pero las lesiones le han hecho jugar con mas asiduidad de lo esperado y, además, en un puesto que no es el suyo. Esta vez volvió a ser ese jugador número 12 que por momentos fue fundamental, completando una segunda mitad sin mácula.

El Getafe volvió animoso del descanso, con un chut lejano de Aleñá que repelió Dmitrovic nada más empezar. No volvería a llegar con peligro. El Sevilla sí lo haría, a pesar de la sensación en la grada de que el equipo había puesto el modo ecológico para no gastar demasiadas energías y afrontar la próxima semana como lo que es: semana de derbi.

A Mir le anularían el segundo en el 49’ por un justo fuera de juego, pero ya no haría falta. Un gol de diferencia es una renta magnífica para este Sevilla, que con la entrada de Rakitic acabó por hacerse dueño y señor del partido hasta el final. El croata no sólo estuvo bien en la construcción, sino también en la resta, con faltas importantes por las que ni vio tarjeta. Otro ejemplo es el Papu, en uno de sus partidos más grises dentro de los que ha jugado en el Sevilla. En ataque no se encontró, aunque pudo marcar en el 74 tras una bonita arrancada y con un tiro ajustado, pero que Lopetegui haya metido en la dinámica defensiva a este jugador es uno de sus grandes éxitos, que recuerden que se fue del Atalanta tras pelearse con su anterior entrenador por no querer hacer algo similar a lo que hace hoy.

Que Lopetegui haya metido en la dinámica defensiva al Papu es uno de sus grandes éxitos, que recuerden que se fue del Atalanta tras pelearse con su anterior entrenador por no querer hacer algo similar a lo de hoy.

El Sevilla era capaz de ir a rematar un córner y, dos segundos después, tener a seis hombres prestos y raudos para cercenar la contra rival. La entrega metió tanto a la grada en el partido que cuando salió Vitolo al césped se llevó una bronca de las que no se recordaban. Quizás la mayor desde aquel día que regresó con la camiseta de la UD Las Palmas.

Suma de nuevo de tres y sigue el Sevilla. El verdadero candidato, que dentro de diez días tendrá la oportunidad de colocarse a dos puntos del ‘intocable’ -nunca mejor dicho- Real Madrid. La máquina funciona, funciona y funciona. Nunca fue espectacular ver a una máquina trabajar, pero su efectividad es la rentabilidad. Esto es este Sevilla, la máquina de Julen. Una máquina prácticamente perfecta.