Canales y Álex Moreno tararean el himno de la Champions
De lejos todavía, pero en el Benito Villamarín empieza a oírse con fuerza el himno de la UEFA Champions League. Este domingo lo tararearon especialmente sobre el césped Canales y Álex Moreno, dos de los principales artífices del triunfo sobre el RCD Mallorca en la jornada 25ª de LaLiga Santander. El Real Betis prosigue con su espectacular temporada y se consolida en la tercera plaza tras una victoria fraguada en el buen fútbol de la primera mitad, y en la capacidad de sacrificio y adaptación al choque de la segunda.
El Real Betis ya ha demostrado que puede ganar sin Canales, como el pasado jueves en San Petersburgo, pero con él sobre el campo todo es más fácil. Es más, jugar al fútbol profesional parece sumamente fácil, viéndolo a él. Ante el RCD Mallorca se le notó además que tenía especiales ganas después de perderse los últimos partidos por Covid. Y desde el inicio se quitó la chistera para empezar a sacar conejos futbolísticos de fábula.
Como si tuviera un sensor en el cerebro para detectar sin mirar los desmarques de sus compañeros, puso en situación clara de gol a Juanmi, Bellerín y Álex Moreno. El lateral izquierdo, quien cada jornada toca al timbre de Luis Enrique para preguntar cómo va lo suyo con la selección, acertó a batir a Sergio Rico y ya se coloca como el defensa más goleador de LaLiga Santander. Pero Canales no sólo asiste, siendo eso ya mucho. Y Álex Moreno no sólo mete goles, siendo también mucho: percute incesantemente por la izquierda y cada día defiende mejor. El cántabro se fabricó él solo alguna oportunidad merced a tiros desde fuera del área, mediando regates prodigiosos y una templanza que asusta. Y alimentó de talento la sociedad con Fekir y William Carvalho, el tridente sobre el que reposa el espectáculo de este Betis.
El espectáculo de ganar jugando enormemente bien
Una jugada entre los tres pudo haber terminado de enardecer el Villamarín, que gozó del espectáculo sublime que supone ganar mientras se juega enormemente bien al fútbol. Una cosa mucho más bonita que sólo jugar muy bien, como habría que recordarle a algún predecesor de Pellegrini en el banquillo heliopolitano. El chileno ha logrado que su equipo domine los partidos a su antojo, incluso a pesar de la debilidad defensiva. Por ella el RCD Mallorca apenas pudo colar en la primera parte un tiro de Muriqui al palo.
En cualquier caso, la mejor forma de defender es tener la pelota y eso el Betis de Pellegrini lo sabe hacer. También dar alguna patada en el momento adecuado, no cuando no tiene sentido, como la que le dio Víctor Ruiz a Ruiz de Galarreta que lo mandó para Mallorca antes de tiempo.
Luis García Plaza retocó su esquema en el descanso para frenar el espectáculo del Real Betis y ya la segunda parte lo hizo sentirse mucho más incómodo. Con una presión más adelantada y más efectivos en el centro del campo, el Mallorca al menos equilibró la pelea, poniendo el partido en una dinámica mucho de intensidad que de toque. Pellegrini reaccionó pronto, quitando a Víctor Ruiz antes de que lo pudiera expulsar por doble amarilla y a Juanmi, que esta semana ha perdido el aura de Oh, Juan Miguel.
La maraña mallorquinista y Muriqui
La maraña mediocampista mallorquina y el nuevo estatus del partido desdibujaron la figura de Canales. Y con ella la del buen fútbol bético. El RCD Mallorca no inquietaba en exceso, aunque el dominio se hizo parejo y los de Luis García Plaza metieron la que tuvieron. Muriqui remató como si la defensa bética fuera de plastilina para poner un empate que probablemente no hubiera hecho justicia al partido.
Pero el nuevo contexto y el golpe de Muriqui no fueron suficientes como para quitarle del todo la batuta al cántabro y mucho menos para frenar a Álex Moreno. Mientras el Real Betis volvía en sí Canales vio el hueco para el lateral y éste puso a William Carvalho en franquía una volea brutal que dio en la mano de Battaglia. El jugador del Mallorca clamaba por que había sido en su cara, pero si le hubiera dado de verdad en ella no se hubiera levantado tan rápido. El VAR confirmó lo que ya atisbaban las imágenes y el Betis recuperó el mando.
A partir de ahí al cuadro de Pellegrini le tocó sufrir un poquito, algo que también demostró que sabe hacer. La magia de Canales se retiró a los vestuarios con la ovación de todo el Villamarín en pie. Álex Moreno siguió corriendo. Y los béticos, un partido más, se volvieron para casa pidiendo un pellizco que los despierte de un sueño que hace un año y poco ni siquiera podían imaginar.