Un Panda reina entre los Leones
Quienes veían ya a un Real Betis moribundo, tendrán que esperar. Este equipo está muy vivo en las tres competiciones, como nadie más en el fútbol español, y lo demostró en la jornada 28ª de LaLiga Santander venciendo al Athletic Club. Volvió a la senda de la victoria, recuperó la ilusión en la lucha por los puestos de UEFA Champions League y espantó fantasmas, El Panda Borja Iglesias reinó entre los Leones de Marcelino y su gol valió oro para que Pellegrini siga desarrollando su plan.
Pero para que un Panda reine entre los leones tiene que haber un domador que les afeite los colmillos. Y el Real Betis tiene uno con un látigo de terciopelo en la pierna izquierda. Se llama Fekir, y lo sacó para eso y para encender de nuevo la chispa que en las últimas jornadas había perdido su equipo. A veces tiene que venir a recibir el balón casi a su área, pero es que el franco-argelino es como un salvavidas en medio de la tormenta: le das la pelota, llega la calma y va saliendo el sol.
Pellegrini lo sabe, por eso le deja hacer lo que le da la gana, que casi siempre es algo bueno para los suyos. ¿Que defiende poco? Ya ya, pues que defiendan los demás. Incluso cuando lo hace lo hace bien, como algún balón que robó en la salida de balón del rival. ¿Que lo expulsan? Pues sí, le pegan muchas patadas y es calentito de carácter; si no fuera así, probablemente estaría jugando en otro lado. En cualquier caso, lo importante es que, como casi siempre, un par de destellos de su magia sirvieron al cuadro bético para encauzar un partido de inicio encallado por la fiereza de los leones de Marcelino. El Athletic Club salió queriendo dar algún zarpazo que fundamentara sus ansias europea aún vivas, pero Fekir frenó al león con la ayuda del asistente de domador Canales.
También podrá haber contribuido a la doma Mateu Lahoz, que le perdonó la expulsión a Yuri tras una entrada fea a Canales que hubiera supuesto la segunda amarilla. Fue de los pocos errores del valenciano, quizá demasiado preocupado por su sello dialogante.
La noticia: sin errores groseros
El Real Betis volvió a contar con laterales después de varios partidos y se notó. Miranda y Sabaly sirvieron una mayor amplitud de juego a los de Pellegrini, y el canterano fabricó con Fekir el tanto de Borja Iglesias. No obstante, el Panda hizo mucho más que eso: dificultó la creación de juego bilbaína, la bajó, ayudó a serenar el ataque bético y generó desmarques. Lo que se le pide a un delantero centro, ni más ni menos. Y el conjunto verdiblanco, sin ser el de sus mejores días, sí recuperó una versión controladora del partido, también por una gran noticia: no había errores groseros que contradijeran ese ímpetu dominador.
El Athletic Club pegaba alguna dentellada, aunque sus colmillos mordían mucho aire. No obstante, Marcelino pareció inyectar veneno al león con sus cambios, sobre todo con la entrada de Nico Williams. Los mordiscos parecían cada vez más encaminados a coger presa verdiblanca. Iñaki y su hermano las tuvieron, y sobre todo Muniain, en una jugada de león vestido de frac con caño en el área incluido. Mientras, el Betis se encomendaba al látigo de Fekir, el mejor jugador del partido con bastante diferencia.
El choque se resumía en una imagen: el león con la boca abierta profiriendo un gran rugido y el domador Fekir parado con Canales viendo a ver si podían cerrarla. Pellegrini buscó asistir a los domadores dando aire en la banda izquierda con Aitor Ruibal y metiendo a William Carvalho a poner más látigo en el centro del campo. Mantener el control parecía la clave. Pero el control lo perdió el domador.
El domador malabarista
En una jugada en la banda, Fekir se puso de pronto el traje de malabarista provocando al león. Sus pataditas innecesarias calentaron a los jugadores del Athletic, que se fueron a por él. De Marcos le dio fuerte y luego Muniain lo picó en el suelo. La reacción del volcánico jugador bético fue una patada que le valió la roja. Muy injusto, sí, pero muy pueril también y muy irresponsable, por el perjuicio que le trajo al Real Betis, que tuvo que jugar los últimos diez minutos con un jugador menos.
Fekir, para lo bueno y para lo malo. Pellegrini recompuso el esquema dejando a Canales solo arriba, al haber retirado del campo con anterioridad a Borja Iglesias, y sacando a Edgar en medio para suplir al lesionado Paul. El público vio el peligro de la bestia y puso a reventar las gargantas. Era como tener que dominarla con un domador manco. Pero este Real Betis sabe sufrir y no le tiene miedo al peligro. Sin esos fallos garrafales que tanto le están penalizando, hizo que el león se domara solo, sin oler sangre ni pillar carne. Doblegado el león, ahora, a por la pantera del Eintracht en la UEFA Champions League.