La buena nueva

En la situación en la que se encuentra el Sevilla FC, en la que casi tiene que digerir dos o tres noticias negativas diarias, muchos barruntaban el desastre en la segunda ronda de la Copa del Rey, por lo que en Torremolinos se dieron, por fin, buenas nuevas para los nervionenses. Ganar era lo mínimo, evitar el esperpento una obligación para no hundir a sus hinchas de cara a unas fechas tan entrañables como las navideñas, y tan desagradables si el cuñado que se sienta enfrente quiere buscar las cosquillas con el dichoso temita del fútbol. Con los puestos de descenso es suficiente, un ridículo copero habría sido para hacerse el muerto en los días más señalados.

En la situación en la que está el Sevilla, no se sabe si es mejor descartar la Copa cuanto antes o si tomársela en serio para buscar otra vía ilusionante, pero el mundo sevillista necesitaba al menos respirar cuando el balón empezara a rodar. Aunque haya sido ante un rival de inferior categoría, y aunque no haya mostrado el equipo de Sampaoli una versión que enamore a nadie, la victoria en El Pozuelo ante el Juventud de Torremolinos es una buena noticia. Y no llegan precisamente en cascada a Nervión últimamente.

Salió el Sevilla asumiendo el rol que le tocaba en una noche en la que el viento también tenía su protagonismo. Sampaoli no tuvo más remedio que colocar de inicio a diez de los once jugadores del primer equipo con los que cuenta en estos momentos. El otro, en el banquillo, era Januzaj, así que como todos esperaban el casildense le daría la alternativa a Carlos Álvarez, que había cumplido de sobra en los últimos amistosos y lo hizo de nuevo en su debut oficial con el primer equipo. Como en los amistosos, el argentino le dio la banda izquierda a Rafa Mir y colocó al canterano como referencia ofensiva. Le gusta ese sistema y le gusta el sanluqueño.

Sampaoli le dio la alternativa a Carlos Álvarez. El argentino le dio la banda izquierda a Rafa Mir y colocó al canterano como referencia ofensiva. Le gusta ese sistema y le gusta el sanluqueño.

En el 10’, Fernando -otra buena noticia la de su regreso- se encontró con el larguero en un disparo potentísimo desde la frontal. El brasileño jugó incrustado en la línea de centrales, con Gudelj por delante, y estuvo, como antes, en todos sitios. Su regreso es clave para salir del hoyo.

Siguió buscando y buscando el Sevilla, que encontraba a Carlos Álvarez en su posición de falso nueve y a Jesús Navas, más liberado de labores defensivas y pareciéndose al que creció como extremo. Avisaron los dos para protagonizar después la jugada del primer gol del partido, y tambien Nianzou con un imperial cabezazo que se fue fuera.

Navas llegó rompiendo la banda chutó y Amador Zarco, aquel que aprendió de Dmitrovic, hizo un paradón, pero la pelota le cayó a Rafa Mir que, generoso, la puso atrás para que Carlitos rematara a bocajarro y completara su primera media hora como jugador del Sevilla con un gol. El sanluqueño está muy cerca de convertirse en presente, presente cristalino, en este equipo.

Tras el descanso, el partido siguió el mismo guion, y en otra buena basculación del equipo arriba llegó el segundo gol. Centraba Rafa Mir para que Carlos Álvarez cerrara su buen partido con doblete, pero fue Dani Fernández el que, en su empeño de evitar el remate del canterano, introdujo la pelota en la portería de Zarco.

Ya había suficiente ventaja y el Sevilla se veía ganador. Se relajó un poco, llegaron algunas pérdidas como una absurda de Joan Jordán, pero el ímpetu de los costasoleños hacía que cayeran en fuera de juego una y otra vez, hasta el punto de que no llegaron a completar una sola ocasión en posición legal. En el descuento, Joan Jordán hizo el tercero aprovechando un mal despeje de Zarco a un disparo de Rafa Mir, así que el equipo nervionense inaugurará enero en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras mostrarse en Torremolinos como debe hacerlo un equipo de su enjundia.

El equipo nervionense inaugurará enero en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras mostrarse en Torremolinos como debe hacerlo un equipo de su enjundia.

El Sevilla y el sevillismo necesitan de señales que indiquen que la tendencia pueda cambiar. Al que más y al que menos se le había pasado por la cabeza el desastre en la Costa del Sol. No se ha producido, no significa nada por sí mismo, pero, en época de fe y esperanza, ha llegado por fin una buena nueva.