Bryan Gil, pieza clave en la recta final del Sevilla: su historia de amor con Mendilibar
Bryan Gil se reencontrará con Mendilibar en el Sevilla. El técnico que sacó lo mejor de él durante su cesión con el Eibar la temporada 20/21, año en el que los hispalenses cedieron a su canterano al conjunto vasco. Es cierto que fue un año negro para los guipuzcoanos, pero si algo se puede destacar de esa temporada, fue el impulso que le dio el técnico al extremo de Barbate. Su historia de amor comenzó allí y hoy continúa en Sevilla.
En el vídeo superior, la historia de amor de Bryan Gil y Mendilibar desde el Eibar hasta hoy: las palabras del técnico vasco sobre el jugador en la 20/21 y los números del extremo que podrían servir al Sevilla para desatascarse.
Bryan Gil y Mendilibar
El joven jugador de Barbate hizo sus maletas desde Sevilla, donde ha jugado desde pequeño, para recalar en las filas del Eibar en la 20/21. Allí mandaba Mendilibar, un entrenador con un estilo de juego muy concreto: directo, algo ofensivo, con una defensa adelantada, donde los balones divididos siempre deben ser suyos… "A veces no entiendo ni yo a los entrenadores que tengo al lado cuando los escucho. Me podéis llamar zoquete, pero mi idea de fútbol no ha cambiado en los 29 años que llevo entrenando", analizaba sobre su juego el vasco el último día que estuvo con el Eibar.
Bryan Gil es un talento, por lo que adaptarse a un juego concreto como el de Mendilibar podría haber supuesto un ‘bloqueo’ futbolístico. Sin embargo, el de Barbate lo jugó todo y fue fundamental: 30 partidos, cuatro goles y cuatro asistencias. Pese a lo que algunos puedan pensar que Mendilibar es obcecado en su juego, cosa que el mismo admite, también tiene cabida la flexibilidad individual de cada jugador:
"Mira, por ejemplo, Bryan Gil tiene unas condiciones de la leche, hace cosas que pocos pueden hacer, y aunque le ha costado al final ha aprendido a buscar las segundas jugadas e ir a por los balones sueltos".
El molinete de Barbate es como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda.