Goleada con marchamo de Champions (3-1)
El Valencia ganó y convenció en su estadio al vencer a la SD Eibar por tres goles a uno. Los de Nuno Espírito Santo fueron mejores a lo largo de los noventa minutos y sumaron tres puntos que les deja provisionalmente en cuarta posición.
Los de Mestalla duermen en Champions, a tres puntos más el golaverage de su inmediato perseguidor, el Sevilla, gracias a su contundente victoria en casa ante un flojo Eibar. Otamendi, de cabeza en la primera parte; Parejo desde fuera del área, ya en la segunda mitad, y Alcácer fueron los autores de los goles.
Nuno rotó, o no aguantó más y, de inicio, se 'cargó' del once inicial a Rodrigo y Enzo Pérez. Su presencia en la medular ante el Rayo Vallecano fue frustrante y el técnico no quiso más sorpresas, por lo que puso en liza a Javi Fuego, el mejor stopper del Valencia esta temporada, y a Rodrigo de Paul. El argentino llevaba tiempo ganándose una oportunidad y quería aprovecharla como fuera. En el 3, el medio se perfilaba por la izquierda, se la colocaba a la derecha y lanzaba un disparo seco que obligaba a Irureta a enviar a córner.
El Valencia, sin Negredo que había dejado su puesto de inicio a Alcácer en la rotación lógica y normal en el ataque, estaba volcado sobre la meta eibarresa. Tanto Feghouli como el propio De Paul, bien secundados por los laterales, colgaban balones constantemente. En segunda línea, Parejo y André Gomes se gustaban, manejaban el equipo sin sufrir, pero la movilidad era cosa de De Paul, que hacía las veces de mediapunta más que de interior zurdo.
La segunda gran ocasión llegó al primer cuarto de hora. Feghouli robaba, asistía a Alcácer y éste obligaba a una nueva estirada de Irureta, que desvió a córner. El EIbar a la contra, tuvo sus mínimas opciones de marcar... Parecía no querer resignarse y Piovaccari, de cabeza, remató desviado por poco. Fue un espejismo.
Jugadón para el 1-0
Cuando no se había cumplido media hora, Gayà ponía un centro medido para que Otamendi cabeceara de forma implacable. La jugada, elaborada al primer toque, hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego. Alcácer la pinchaba para su amigo de Pedreguer y éste la ponía perfecta para el argentino. Uno cero.
Desde fuera, la bala de Pedreguer podría ampliar la renta local, pero su tiro, combado, se iba desviado por poco. El lateral parecía un extremo más y su colaboración con De Paul llevaba de cabeza a los vascos. El interior argentino, el DJ del Valencia, el que pone la música en el vestuario, obligaba a que Irureta se luciera a mano cambiada. ¡Qué hambre tenía Rodrigo! Sin embargo, El electrónico ya no se movería en esta primera entrega.
Tímidos silbidos y reacción
El Valencia salió contemporizador y más relajado en esta segunda parte. El público comenzó a silbar porque la relajación, el error y todo lo que no fuera ganar no valía. El equipo se espoleó y, de nuevo, Rodrigo De Paul sería el que probaría suerte. Su tiro se iba al larguero... era una premonición, ya que la jugada continiuó.
El balón le caía a Feghouli quien la ponía atrás para que Parejo, llegando desde atrás, lanzara un misil desde fuera del área que supondría el 2-0. El tiro del capitán tropezaba en un defensa quien, sin embargo, apenas pudo desviar el esférico que se colaba como un obús en la meta armera. Partido visto para sentencia.
Nuno sentaba a Gayà, que se fue con molestias y con Mestalla de pie ovacionándolo y coreando su nombre. Entraba Lucas Orbán. Inmediatamente después seguía su camino De Paul. La afición le agradeció sonoramente su gran partido en el momento que salía del campo en lugar de Piatti.
Nada cambiaría la disposición del juego. De hecho, en un lanzamiento de falta desde fuera del área que Parejo estrellaba en el palo, llegaría el 3-0. El madrileño rozó la proeza, pero fue Alcácer quien remachó el balón a la red aprovechando el rechace.
Por fin Negredo-Alcácer en Mestalla
Negredo salía para reencontrarse con el gol. Quedaba un cuarto de hora por delante cuando el vallecano entró para jugar con Alcácer de pareja en lugar de Fuego. El equipo pasó a formar con un clásico 4-4-2 pero no pudieron sacar el rendimiento esperado. Es más, un balón perdido por André Gomes -improvisado mediocentro- suponía el gol del honor del Eibar, que tampoco modificaría un resultado final que deja al Valencia en Champions con todo el derecho y con la mente puesta en la visita al Bernabéu.