De Biasi manda a la lona al Levante

Chasco en el Ciutat de València y aviso a navegantes. El Alavés venció (0-2) al Levante UD y provocó la segunda derrota consecutiva del conjunto de Muñiz en un partido que se llevaron los visitantes de forma merecida, quizá no tanto por juego, que también, sino porque los vitorianos supieron aprovechar a la perfección los defectos de la escuadra granota, sobre todo defensivos, aunque tampoco es que el encuentro que se marcaron los atacantes fuese para condecorarlos. Así, el Levante UD ha sumado cero puntos de los últimos seis en juego. Algo que puede suceder en la máxima categoría y que, probablemente, puede volver a pasar. Es lo malo de haber arrancado la competición como un tiro, que se pasa de la miel a la hiel en una décima de segundo. Del cielo al infierno pero en eso en Orriols ya tienen algo de experiencia. A remar.

El conjunto granota completó la que seguramente ha sido la peor segunda parte que se recuerda desde el descenso a Segunda División, algo chocante en un Ciutat de València acostumbrado a ver a su equipo dominando los partidos, entrando con más o menos acierto en oleadas en busca del gol y poco dado a conceder tantas facilidades defensivas como las que dispuso el Alavés, que pudo incluso marcharse al descanso con una renta mucho más cómoda que el 0-1 con el que concluyeron los primeros 45 minutos. Tampoco es que la suerte le esté acompañando en el capítulo de los lesionados pues, si ya arrancó el curso con su mejor hombre, Roger Martí, en el dique seco, se le han ido uniendo jugadores que estaban en un gran estado de forma algunos, como Iván López, Jefferson Lerma o Ivi, y otros que pese a no encontrar la portería también son importantes como Jason. Y, para rizar el rizo, en el 13' se tuvo que retirar antes de tiempo Samu García, que ya era el sustituto de Ivi. Les ha mirado un tuerto.
Aun así, el Levante volvió a saltar al césped de inicio con la mochila de la responsabilidad del ataque, como no podía ser de otro modo frente al rematadamente colista de la Liga Santander, que se presentaba en el Ciutat de València con una cifra redonda en su casillero de puntos: cero, nada, conjunto vacío. Y, pese a no emplearse con la clarividencia habitual con que se suele plantar en el área, el Levante a trancas y barrancas, iba acercándose a los dominios de Fernando Pacheco, protagonista de excepción del primer fallo de una ocasión del Levante. En el 7', Bardhi chutó mal con la fortuna de que la pelota cayó en las botas de Toño, que envió un pase al primer palo para que Álex Alegría chutase defectuosamente hacia línea de fondo.
Visto que el equipo de Muñiz no tenía su tarde, el Alavés se fue animando y los papeles se invirtieron poco a poco. Primero, llegaron alguno de los primeros remates con mucho peligro de los vitorianos para terminar dominando por completo al conjunto levantinista. En el 21', uno de los grandes clásicos: una falta lateral colgada al área local. El encargado de rematarla fue Munir, que se encontró con un paradón de Raúl Fernández para evitar el 0-1. En la siguiente acción, Pedraza progresó con mucha fuerza por su banda izquierda y su pase raso al corazón del área lo chutó de nuevo el delantero marroquí al larguero. Las ocasiones hacían creer al Alavés que podían escapar de su pesadilla o, al menos, poner la primera piedra para hacerlo. Tanto es así que, nada más superar la primera media hora de juego, y con los mismos protagonistas de la jugada anterior, se movió el marcador aunque no en el sentido que muchos esperaban en Orriols: otra vez Pedraza penetró como un tren de mercancías y esta vez su pase de la muerte sí que fue aprovechado por Munir para batir a Raúl.
Si ya le estaba costando al Levante escalar el campo hasta llegar a la cima de la portería visitante, haría la cuesta todavía más dura hasta el punto que el respetable empezaba a ponerse nervioso con los balones de un lado a otro y retrasados a la defensa. El partido se marchó así al descanso y, al retorno, Boateng saltó al césped en sustitución de Róber Pier, de nuevo poco acertado en este encuentro. Como el resto de sus compañeros, vamos. Y es que el juego de los de Muñiz pasó de la espesura en el primer tiempo a la tundra en los segundos 45 minutos. Ni siquiera cuando el técnico juntó a sus tres delanteros centros, a la NBA (Nano, Boateng y Alegría), mejoró el panorama aunque fuese bombeando balones a la olla para rematar aunque fuese en algún rebote, aunque fuese a las manos de Pacheco. Nada. Lo más cercano o al menos así lo sintió el Ciutat a una ocasión de gol fue un libre directo y, claro, ahí todos estaban relamiéndose con el empate marca de la casa de Bardhi. El macedonio la plantó pero la posición era muy lejano y su disparo se marchó por arriba del travesaño.
Lejos de acercarse al 1-1, lo que llego fue el segundo tanto de los hombres de De Biasi, que supieron aprovechar a machete las debilidades de los valencianos. Y es que en el 75' llegó el 0-2 de la nada, de una jugada casi absurda en que el Alavés, tras pararse un poco el juego, sacó de banda y Rubén Duarte la colgó con un lanzamiento muy largo que, a priori, habría dado para despejar cómodamente la defensa granota. Pero no fue así sino que fue Medrán el que cabeceó pese a la presencia de Toño y de Raúl Fernández, que tuvo que volver a recogerla de dentro de su portería. Eso provocó que, por primera vez en esta temporada, el público del templo de Orriols empezase a desfilar antes de tiempo. ¡¡¡En el minuto 81!!! Quizá acostumbrados al caviar, cuando el Alavés les golpeó con la mortadela en la cara sentó el doble de mal. Es el respetable y esto es la Primera. Y, si no, que se lo digan al Levante.