Yo así no quiero ser europeo

El Valencia CF ya sabe que, salvo milagro, la Unión Europea va a hacerle pagar unos intereses de un préstamo que ya pagó religiosamente. El caso es tan injusto y tan aberrante que, hasta el actual Gobierno Valenciano -ya sabemos que los de ahora quieren tanto a los de antes como los de antes a los de ahora-, ha tenido que reconocer que es eso, "sangrante", que el Valencia es una "víctima" y que es una situación injusta, a pesar de la chapuza que fue aquel préstamo. 

La canallada del asunto es que con eso nos quedamos, con lamentos, golpes en la mesa y promesas de que el Consell será interlocutor ante la UE, pero también con el aviso de que si llega la sanción, poco o nada se podrá hacer. Y uno, ciudadano corriente de a pie, que recientemente ha estado en Bruselas y ha visto el pedazo de chiringuito que tienen montado allí, se siente casi indefenso. Me asusta ver la injusticia europea cayendo con todo el peso de la Ley porque -según ellos- el Valencia compitió de forma desleal y jamás habría podido recibir un préstamo al 6% (Se da la circunstancia que tenía préstamos a ese interés ya concedidos de antes). Claro que sí, porque ustedes lo digan.
Y me da pavor porque creo que al Valencia lo van a intentar empapelar por una cosa absurda y miran hacia otro lado cuando clubs como el Manchester City o el PSG, que todos sabemos que tienen detrás países y monarquías que tienen fama de saltarse por el arco del triunfo cualquier norma europea que se les ponga por delante. Eso sí es competencia desleal y lo demás son cuentos.
Sirve poco de consuelo, pero si son tan inflexibles con el Valencia, que recuerdo que pagó y que no debe nada a nadie por ese préstamo, espero que examinen también con lupa a los parisinos y los citizen y que a ellos los emplumen. Ah, y confío en que las autoridades políticas, sigan manteniendo la sensibilidad mostrada y expresada estos días por Manuel Illueca y Mónica Oltra. Así, sí.       

Cañete y Arias, lo que de verdad vale la pena

Aunque, ¿saben qué? Después de ver perrerías de la vida como el fallecimiento del hijo de Santi Cañizares con apenas cinco años, uno se queda sin ganas de hablar de políticos, de fútbol, de nada. No estamos preparados para afrontar situaciones así, por eso la entereza como lo ha llevado el meta y su familia, me parece admirable. Sé que sirve de poco y que, nada de lo que escriba, aplacará ni un átomo de dolor, pero, un abrazo tan intenso como fuerte. Al igual que le mando otro al maestro, a Ricardo Arias, que entierra a su padre pero eso, como bien sabe el bueno de Ricardo, es ley de vida. Lo otro es una putada sin más. Feliz semana, aunque esta lo es un poco menos que otras. 
David Torres 
Delegado de ElDesmarque Valencia