Un triunfo con sabor a gesta y compromiso

El Valencia CF logró ante el Ajax una merecida pero sufrida y épica victoria gracias a un solitario gol de Rodrigo Moreno en la primera mitad y un encuentro muy serio en el que supo combatir contra las adversidades.

De inicio, Celades formó con su Valencia CF con el clásico 4-4-2 que, por más que se empeñe, sigue siendo el sistema que mejor le viene. Y así empezó a crearle ocasiones a su rival mientras sufría la de los holandeses. Los de Celades a la contra se encontraban cómodos y era cuestión de madurar a su rival. Así llegó el desquite de Rodrigo en el 24'.

El internacional aprovechó un pase medido de Ferran Torres y, libre de marca, con la derecha, alojó en la escuadra el gol que se le escapó ante el Chelsea o ante el Levante. Besándose el escudo ¿Mensaje a Peter Lim, que estaba en el palco, y el Atlético?, Rodrigo celebró el 0-1. El Valencia CF estaba en ese momento en octavos.

El Valencia, a la contra, seguía martilleando al Ajax y bien pudo ampliar su renta antes del descanso. En esta ocasión, el remate de Rodrigo fue rechazado por Onana. La jugada bien valía el segundo, y aunque no subió, no podía empañar ese error una gran primera mitad a la altura de los mejores.

Acoso del Ajax

El Ajax fue a por el partido tras el descanso y, en su empeño, Tadic se llevó por delante a Gabriel Paulista y el esfuerzo a Kevin Gameiro, lesionado en el muslo de la pierna izquierda. Celades tuvo que sacar a Manu Vallejo ante el acoso y derribo ajacied. Peor suerte con las lesiones es casi imposible.

Quedaba media hora y el equipo supo sufrir. Agazapado atrás, luchando cada balón, pero sin perder el control del juego en ningún momento. Ziyech tuvo una gran ocasión para empatar, pero falló y el Valencia, aunque reculaba, no le perdía la cara al partido. El ritmo holandés hacía sufrir a los de Celades, sin apenas recambios en el banquillo para refrescar las líneas.

Vallejo, en una contra, forzó la amarilla de Tagliafico y una tangana que le dio un último empujón al equipo. Con el balón parado, los minutos corrían y eso es lo que contaba. El equipo estaba fundido, el esfuerzo era sobrehumano y Jaume, en la línea, evitó el empate en el 89.

Quedaban cinco, tiempo más que de sobra para que el Ajax acosara al Valencia CF y Gabriel Paulista se autoexpulsara en el 93 al rebotarse con Ziyech que le acosó mientras se dolía de un golpe. El equipo, para que aún fuera más épico, acabó con uno menos y despejando balones, pero ganando.

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