La ruina que supone dejarse llevar
Llega el Barcelona y corres como si no hubiese un mañana, y es normal. Siempre que se juga contra los grandes, todos quieren ser protagonistas, todos quieren da una buena imagen, y la verdad es que pese a los errores defensivos, el equipo hizo uno de esos partidos que dejan al aficionado sin palabras con un Morales espectacular: si ese gol lo marca Messi a pase de Dembelé, lo tenemos hasta en la sopa, pero claro era el Levante UD. Sin embargo el Getafe volvió a sacarte los colores. Parece que ganar o perder con la salvación conseguida no importa, y no es responsabilidad del entrenador, más allá de que estas jornadas igual deberían servir para ver a jugadores jóvenes y con ganas, que por lo menos sabes que se van a dejar la vida en cada minuto que disputen. Si luego no hay dinero para incorporar jugadores, quizá el quedar 17º en lugar de haber logrado estar por encima de los 10 clasificados cuando dependía de ti, sea uno de los motivos para ello, pero claro eso no se tiene en cuenta, o no interesa que haya constancia de ello.
Ni en la pero temporada de la historia del Valencia, has conseguido adelantarlos en la clasificación al finalizar la competición. Que si, que quedar por delante o detrás del Valencia puede ser insignificante, pero no para el aficionado del Levante, al igual que no lo es para el del Betis, Español, Atlético de Madrid o en su momento para el Celta ante del Deportivo.
La competición ya no importa, si no corren quienes tienen que hacerlo no seré yo el que sufra por ver al equipo vapuleado por uno de los peores Getafe que se recuerdan, por mucho Bordalás que haya a los mandos. Ahora es momento de lanzar una pregunta: ¿el año que viene cual es el objetivo?.
Es muy grande ser pequeño y lo digo de verdad. Pequeños objetivos, pequeños pasos, pero siempre hacia adelante. Secciones fuertes, estadio terminado y club saneado, ni un pero a todo ello, sin embargo la cosa cambia con el primer equipo, del que siempre nos intentan convencer de que se quiere un poco más, pero la realidad es que todos los años hay más, pero más de lo mismo.