Las cinco enseñanzas que deja la batalla en San Mamés
El Valencia CF se puso el mono de trabajo en San Mamés para sacar adelante un valioso empate que manda la eliminatoria y pase a la gran final a Mestalla. El vetusto coliseo de la Avenida de Suecia y su afición decidirán si debe ser el conjunto de Bordalás el que acceda a la gran final. Sin duda, el equipo lo merece por muchos motivos. Entre ellos, la clase de madurez y oficio de la que hizo gala el Valencia en la Catedral del fútbol fue digna de un premio como es jugar otra final de la Copa del Rey.
La batalla en San Mamés deja cinco enseñanzas que hay que tener muy presentes.
El VAR es un despropósito: Nadie sabe ni para qué está ni cómo funciona el VAR. Su razón de ser es corregir las acciones que son señaladas injustamente de una forma y deben ser lo contrario pero la realidad es que esto no ocurre. El penalti claro sobre Hugo Duro es un claro ejemplo de ello. Lo de Munuera Montero da para un análisis a parte.
Bryan Gil es un jugador diferente: Lo del chaval de Barbate es un escándalo. Es un jugador diferente. Se nota en sus movimientos eléctricos, su velocidad con el cuero y su técnica con el balón. Además, es un jugador currante como pocos y comprometido con la causa.
Hugo Duro está en estado de gracia: No diga gol, diga Hugo Duro. El ariete madrileño está tocado por la diosa fortuna y todo lo que toca lo convierte en oro. Es el hombre de la Copa y los demuestra con goles y con mucho trabajo e intensidad en cada acción.
Mamardashvili ofrece seguridad: A pesar de acciones que dejaron la sangre helada a los valencianistas como en ese pase envenenado de Diakahby que se perdió por la línea de fondo, Giorgi Mamardashvili aguantó el tipo y volvió a ofrecer seguridad a su equipo en un partido muy complicado. Sólo así puede imponerse en el debate que hay sobre la portería.
Correia y Foulquier, como la noche y el día pero hacen un gran tándem: Bordalás ha encontrado a los mejores socios para la banda diestra del Valencia en las figuras de Foulquier y Thierry Correia. En esa banda rezuma el oficio y la intensidad por parte de ambos laterales. Los dos atacan y los dos defienden y el equipo se siente reforzado y equilibrado en ese flanco.