El cruel relato de guerra de Oleg Salenko: "Sobreviviremos y en tres años estará jugando en el Valencia"
Oleg Salenko fue jugador del Valencia CF durante la temporada 1994/95 y ahora vive la invasión rusa a Ucrania de primera mano. En aquella temporada en la capital del Túria, el atacante, natural de San Petersburgo, anotó 13 goles y dio cuatro asistencia. Ahora, desde Kiev, es él el que se siente atacado y lo cuenta así, refiriéndose a la figura de su hijo: "Yo estoy en Kiev y no tengo miedo porque he vivido ya lo mío. Si cae una bomba, pues cae. Tengo miedo por mi hijo, él necesita vivir. Tiene 19 años y juega en el Dinamo de Kiev. Acuérdate, en tres años estará jugando en el Valencia porque vamos a aguantar esto. Sobreviviremos. Estoy convencido. Lo importante es que todo esto no os afecte a vosotros…".
En estas declaraciones a Relevo, Oleg Salenko repasa la complicada situación que se está viviendo en Ucrania:
La situación de Oleg Salenko en Kiev
"¿Cómo quieres que esté si están cayendo bombas a 300 metros? No puedo decir cómo está la situación sin pronunciar una palabrota. No hay luz, no hay Internet, muchas cosas".
La vida en Kiev
"Debo admitir que la capital vive más tranquila, aunque hay cortes de electricidad, gas, calefacción... Una vez me quedé atrapado en el ascensor, en la planta 15, una hora y media. Es el periodo que tenemos que vivir. A pesar de esto la gente lo entiende. Tenemos una guerra. Toda esta situación se va a quedar en el recuerdo para toda la vida. Los que viven el infierno y lo pasan mal son los chicos que están en la batalla. Mejor preguntadle a ellos cómo están".
Prefiere no hablar de política
"Si yo te llego a contar realmente cómo es la situación... Mejor no decirlo. Apesta. No hace falta que lo traduzcas. Pero todo se está moviendo, todo tiene un rumbo adecuado para que vaya cambiando. La situación es de mucha tensión. No pasa nada, lo vamos a superar, vamos a sobrevivir. Vamos a aguantar esto. No quiero hablar de política".
El inicio de la invasión
"Al principio fue complicado. Yo estaba en casa de un amigo y anunciaron los toques de queda, de las ocho de la tarde a las cinco de la mañana. Estuvimos ahí un día y medio sin información ni nada y escuchando cómo caían bombas. Días después, el 28 de febrero di un paseo por Kiev y estaba vacío. Luego cerraron las tiendas, anunciaron la ley seca, que no entiendo por qué. Bueno, porque la gente se volvía loca por estrés y todo... La gente no sabía qué pasaba. Muchos se quedaron sin trabajo, estaba todo cerrado, sin salir. El primer mes y medio fue muy difícil, pero cuando empezó a liberarse el territorio de Kiev todo empezó a cobrar vida"
La familia
"Yo estaba aquí cuando se desató la guerra y aquí me quedo; no tengo ninguna intención de ir a otro sitio. Aquí estoy con mi actual familia. Pero mi primera familia, un hijo y mi exmujer, está en el país que me está atacando. ¿Entiendes la dimensión de todo esto para mí? Estalló todo y yo estaba aquí, tranquilizando a la gente. Yo soy ruso y estaba tranquilizando a la gente. Soy un ruso que vive en Ucrania, por eso me preocupa tanto esto. En un lado y en otro tengo amigos"
Su familia en Rusia
"No se puede hablar mucho.Yo contacto con ellos y la gente entiende que está mal todo esto, pero tampoco pueden decir mucho. Están en contra de la guerra"
Las comparaciones con la España de Franco
"Ocurre un poco lo que sucedió en tu país. A pesar de que Franco era dictador, mucha gente le apoyaba, le respetaba. ¿Por qué? ¿Por qué razón le respetaban? No hace falta que te diga la respuesta a esa pregunta, la vida. Incluso hubo un empresario que empezó a hablar de esto y directamente fue a la cárcel. Hay mucha gente que me llama desde un número oculto. ¿Cómo se sienten si pronuncian la palabra guerra y les meten 15 años en la cárcel? La situación es muy complicada".
La dureza de la guerra
"En el hospital militar hay gente joven herida, sin piernas, sin manos. Es muy difícil mirarles. Una vez, un chico despertó de la anestesia. Empezó a hablar a gritos por los efectos de las bombas en los oídos. Decía: 'Ponedme cualquier cosa y vuelvo al campo de batalla'. Había perdido la pierna..."
Ir al frente de guerra
"Tengo edad para ir al frente pero no me llamarán, no soy apto. Hablé con los chicos que están luchando y me entrené dos semanas, pero soy débil. Por lo menos hay que entrenarse un año para ir allí. En el frente también tienes que pensar, funcionar en equipo para que no haya pérdidas humanas. Hay que entrenarse más para estar con ellos. Cada uno tiene que hacer caso al de al lado. Yo no estoy preparado".