Un Valencia silenciado y temeroso empata de milagro en Mestalla
Un Valencia silenciado sin su grada de animación, empequeñecido y empata de milagro en Mestalla. El Valencia se adelantó en el 38 tras ser mucho mejor que su rival gracias a una pillería de Diego López pero en la única ocasión del Espanyol en la primera mitad empataron. Tras la reanudación, los catalanes harían el segundo aprovechando el único fallo de Mamardashvili y ahí se acabó el partido hasta que en el 93 Gayà vio solo a Lino y este hizo un gol que bien puede valer una salvación.
Como contamos durante el directo, Baraja dejó atrás los nombres y apostó por la meritocracia de inicio dándole los galones a Diego López, Lato y Kluivert dejando en el banquillo a Cavani y Hugo Duro. El Valencia jugaba final en toda regla por la salvación y lo hacía sin su grada de animación. A Mestalla le costó arrancarse pero a la Curva se la escuchaba desde fuera nítidamente y, poco a poco se pusieron a la faena.
Primero fue con balones largos, centros al área y disparos desde fuera. El 1-4-4-2 con Lato y Diego López en las bandas dejaba a André Almeida como lanzador de un Kluivert que, cual guerrillero, se tenía que buscar la vida. Así, en medio de las críticas a la Federación, de cabeza, pudo inaugurar el marcador tras una jugada que empezó él corriendo un balón al espacio. Después sería Almeida el que no hizo bueno una gran internada de Diego López y más tarde Guerra el que se encontraría con la espalda de Diakhaby cuando su remate llevaba marchamo de gol. .
En el 22, tras otra jugada excelsa de Javi Guerra (qué fantástico jugador), Lato falló un gol de delantero centro pero se dejó la vida. Un golpe y el canterano de la Pobla tuvo que retirarse, triste, cabreado, dolorido pero con el cariño de todo Mestalla que coreó su nombre.
La alegría del Valencia CF duró apenas dos minutos
El Valencia llegaba y llegaba y en la jugada más absurda el guaje Diego López rompió la lata. Centro envenenado de André Almeida que Pacheco no atrapó y el asturiano, con la caña, logró el 1-0. Pero como le viene pasando al Valencia toda la temporada, a la jugada siguiente empató el Espanyol.
Tras una posible falta previa sobre Diego López, el Espanyol sacó de banda y César Montes de cabeza empataba después de una indecisión en el primer palo. No habría tiempo para más.
El Espanyol remonta: llegan los nervios
Tras el paso por vestuarios la tensión se apoderaba de Mestalla y Luis García sacó a Braithwaite porque al Espanyol el empate no le valía y claro, lo logró. Y fue el danés quien aprovechó un balón muerto dejado por Mamardashvili tras un gran centro de Óscar Gil. Las cuentas habían ido por el aire y el rival, con casi nada, había remontado y mandado al Valencia al pozo del sufrimiento. Los pitos se apoderaban de Mestalla.
Baraja tuvo que mover su banquillo y sacó a Foulquier y Hugo Duro por Nico y Thierry y de nuevo a balón parado pudo recibir el tercero. El Valencia quería pero no sabía cómo hacerlo. El Espanyol cada vez dejaba menos espacios y perdía más tiempo, por lo que casi era imposible crear ocasiones.
Gil Manzano pitaba poco, pero ante la duda siempre pitaba en el mismo sentido. Las tarjetas amarillas por pérdidas de tiempo se le olvidaron en la caseta pero el problemas era mucho más profundo. Cada vez que llegaban los catalanes (aunque fuera en contadas ocasiones) la sensación de peligro era patente; cada vez que lo hacía el Valencia, pasaba justo lo contrario.
Empate in extremis
A falta de diez minutos para el final Baraja sacó a la desesperada a Cavani para colgar balones al área. Era el único recurso que le quedaba a un equipo descompensado, temeroso y que se jugará la vida en la última jornada porque, aunque empató en el 93 gracias a un gol de Lino, los otros resultados no le permiten estar matemáticamente salvado. Gayà vio el espacio, el brasileño encaró por el centro y marcó un buen gol. El definitivo 2-2