Una clasificación sin alardes
Después de un golpe tan duro como el que sufrió el Real Valladolid ante el Club Deportivo Leganés este pasado sábado, los de Sergio González necesitaban otro partido. Daba igual la competición, el rival, la exigencia y las rotaciones. El equipo pucelano pedía otra oportunidad y el calendario se la daba de inmediato con la visita del Real Club Deportivo Mallorca.
El encuentro de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey suponía una gran oportunidad para jugadores con menos protagonismo en esta temporada. Pese a que pocos de ellos serán de la partida en el duelo de este domingo ante la Real Sociedad, la exigencia copera era alta para los pucelanos.
Conscientes de esta presión y con la victoria (1-2) del encuentro de ida muy presente en la idea de ambos equipos, el Nuevo Estadio José Zorrilla se quedó con la sensación de que el partido no arrancó hasta el minuto 47, cuando se adelantó el equipo visitante. Ese miedo de apenas unos segundos avivó una insulsa clasificación copera de un Real Valladolid sin grandes alardes de juego ni ilusiones.
Dos minutos; dos goles
Hasta ese segundo minuto tras la reanudación, la visita balear al feudo pucelano estaba siendo plana, extremadamente plana. Con un Real Valladolid jugando con el marcador a favor y un Mallorca buscando hacer un partido largo y evitando un gol vallisoletano que decidiera la eliminatoria, los primeros 45 minutos fueron tremendamente insulsos.
Con todo, lo más apetecible para los casi 10.000 espectadores congregados en Zorrilla fue la cena del descanso. La digestión de ésta se atragantó a muchos con el gol de Abdón Prats. Al que no le sucedió se le quedó frío el último bocado, pero, por suerte, fue sólo por unos segundos.
Apenas un minuto tras el tanto balear, Óscar Plano restablecía las tablas y el partido aglutinaba en apenas unos segundos todo aquello que le había faltado en el primer acto. Los goles llegaron pero no cambiaron en exceso el juego. Volviendo a jugar con la ventaja, el Pucela durmió el partido.
Cop perdona; Verde, no
Sabiendo contrarrestar los tres cambios del equipo rival, el Real Valladolid veía pasar los minutos del duelo sin tener la sensación de que la clasificación peligrase. Es cierto que los pucelanos no generaban ocasiones, que Duje Cop y Óscar Plano no intervenían en el juego blanquivioleta y que las variantes ofensivas era limitadísimas. Nada hacía ser optimista pero, tampoco, pesimista.
Pese a ello y la supuesta ambición vallisoletana de ganar el partido, el duelo estaba condenado a pasar desapercibido para todos los contendientes pero el penalti cometido por Leandro Monteagud y fallado por Duje Cop agitó mínimamente un duelo que potencia la debilidad vallisoletana por, primero, generar ocasiones y, después, por materilizarlas.
Sin frescura ni detalles diferenciales en casi 80 minutos, Daniele Verde volvió a ser determinante en esta Copa de Rey. El '11' sentenció la clasificación blanquivioleta en los últimos minutos. El pase pucelano era casi obligatorio y la victoria, también. Pese a cumplir ambos objetivos, el duelo no deja un gran regusto y sí el premio mínimo de un pase a octavos sin alardes futbolísticos.