Doloroso cierre a 2019

Dicen que la primera impresión es la que cuenta o, al menos, la que mayor peso tiene para analizar un hecho de larga duración. En el caso del Real Valladolid y del año 2019, la primera impresión y análisis del presente año fue la derrota (0-1) ante el Rayo Vallecano. Aquel duelo, definido por un acción a los 31 segundos, inició 12 meses en los que el Pucela sigue en LaLiga Santander pero en los que ha mostrado carencias y en los que ha conocido la dificultad del año.

Todas esas debilidades quedaron claras en aquel duelo ante el equipo madrileño y han definido al Real Valladolid en toda la amplitud del 2019, pese al "sobresaliente" que Sergio quiso darle este jueves. Tal término fue exagerdo y se confirmó en el último duelo del 2019.

Por todo ello, la visita del Valencia CF al Nuevo Estadio José Zorrilla para cerrar el año era importante. Tan determinante es conocer la primera sensación para calibrar cuál puede ser el futuro como la última, aquélla que provoca el análisis final.

El broche final al 2019

Para esa puntualización y firma final, la visita del equipo de Albert Celades era crucial. Tras 450 minutos ligueros sin hacer gol, este último partido iba a definir hasta qué punto se debía estar nervioso con la situación del equipo o cuáles eran los argumentos para creer en los blanquivioleta.

Como viene siendo habitual en las últimas semanas con el equipo, el análisis no dio ni para una crítica exagerada ni para una ilusión grande pero el gol de Sergi Guardiola en el tramo final ofrecía una esperanza. El fútbol es gol y el de Jumilla lo cambió todo desde su llegada a Zorrilla y esperaba, ahora, hacerlo en el último partido de su primer año como pucelano.

El golpeo de libre directo del '7', suplente por primera vez en la temporada, parecía cambiar cualquier detalle en el análisis y en la crónica, dentro de un duelo que devolvió al Real Valladolid a la senda del gol pero no de la victoria.

El peso de Guardiola

Antes del cuarto gol del delantero blanquivioleta en la temporada, el encuentro estuvo marcado por el equilibrio y la iguldad. Pese a que el rival era un equipo de Champions League y un conjunto con ambición por llegar a la zona alta de la clasificación, el Pucela consiguió hacer del duelo un encuentro equilibrado, parejo y sin errores. El concepto del partido radicaba en toda sus matices a lo que quiere y busca Sergio.

Al catalán le gustan encuentros sin grandes sustos ni elevadas ocasiones. El ex del RCD Espanyol busca duelos en los que él puede tener un peso destacado y lo consiguió con un encuentro de 'perfil bajo'. Sin sobresaltos, con un ritmo bajo y en un clima tranquilo, Sergio se siente cómodo y el Real Valladolid, también.

¿Cuántas grandes ocasiones firmó el Real Valladolid en el delo? ¿Cuántas acumuló el Valencia CF? Ni unos ni otros consiguieron hacer un encuentro atractivo ni ilusionante y en esa mediocridad o juego desanimado, este Pucela suele salir victorioso.

Ante un exigencia pobre, los de Sergio se sienten cómodos y pueden dominar a cualquier rival. Ellos siempre ofrecen la trama e, incluso, la trampa, y el equipo ché la aceptó. Un error por parte de los valencianos que cerca estuvo de costarles la derrota.

Dos duros golpes

La opción estaba sobre el césped del Nuevo Estadio José Zorrilla y pudo salirle bien al Pucela. Sabiendo qué hacer y cómo ejecutarlo en muchos momentos, los blanquivioleta rozaron una victoria que hubiera sido gloriosa pero Manu Vallejo reventó el Nuevo Estadio José Zorrilla con la misma fuerza y dolor con la que Álvaro Medrán mostró la complejidad y la dureza del 2019 el pasado 5 de enero.

A los 31 segundos de comenzar el año, el Real Valladolid supo que éste no sería fácil y por si alguien lo había olvidado o se había excedido en los calificativos para él, el Valencia CF y Manu Vallejo lo ratificaron apenas unos segundos antes del final del último partido y del broche final al exigente 2019.