Las excentricidades de 'Mágico' González en su etapa en Valladolid

Jorge Alberto 'Mágico' González fue uno de esos futbolistas cuya carrera ha pasado a los anales de la historia de LaLiga. Un jugador que el mismísimo Diego Armando Maradona reconoció que era mejor que él.

Un 7 de abril, pero en 1985, el futbolista salvadoreño se enfundó por última vez la camiseta del Real Valladolid, con la cual disputó nueve partidos, como recuerda el portal A la contra. Sus primeras declaraciones nada más aterrizar en Pucela dieron a entender que no se trataba de un futbolista cualquiera: "Tengo mucho frío y mucho sueño".

El entonces entrenador del Real Valladolid, Fernando Redondo, contó una anécdota que tuvo lugar poco después de su fichaje: "Apareció media hora tarde y decidí no convocarle frente al FC Barcelona. El presidente me pidió explicaciones y propuso que votasen los propios futbolistas si querían que fuese convocado o no. El sí ganó por mayoría".

Sin embargo, si había algo que no se le podía reprochar, como el propio Redondo cuenta, era su pasión única y exclusiva por el fútbol: "Me dijeron que le avisase de que no había cobrado la mensualidad. A los tres o cuatro días, me volvió a llamar la secretaria para decirme que no se había pasado todavía. Y se lo volví a recordar. Él me contestó: ‘Míster, el dinero... ¿qué es el dinero? Ya subiré".

Talento reñido con indisciplina

A pesar de esta pasión, en muchas ocasiones, su desordenada vida le jugó malas pasadas, tal y como cuenta el periodista vallisoletano José Miguel Ortega: "Era un partido contra el Real Zaragoza. En el segundo tiempo no salió porque estaba muy cansado y se quedó dormido en el vestuario. Cuando volvieron los compañeros a la caseta al finalizar el partido, alegres por el empate, se lo encontraron allí".

Esta tendencia al cansancio fue algo que marcó su etapa como jugador blanquivioleta, según confirma Redondo: “Cuando llegaba al vestuario, se tumbaba en las camillas. Muchas veces tenía que despertarlo para que se entrenase. Tardaba cinco minutos en cambiarse y muy pocas veces se daba masajes".

Su última anécdota como futbolista de la entidad pucelana fue el pago de una deuda pendiente ¡con el coche del presidente del Cádiz CF!: "Tuvo que pagar una deuda que tenía en un local entregando el coche que trajo a Valladolid. Pero ese coche no era suyo, sino del presidente del Cádiz”.