Un punto de renombre y polémica
En este reinicio de la competición, aquél que Sergio tildaba de "locura" en la previa al duelo ante el Sevilla FC, está ofreciendo una doble vertiente y cara en el Real Valladolid. A la habitual, con los protagonistas de siempre, se suma la que el Pucela ha creado para encuentros como el del Wanda Metropolitano o el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán.
En ambos encuentros, el once titular estaba formado con jugadores de poco rodaje y minutos en la temporada, pero estos mostraron la mejor versión e imagen del reinicio y, posiblemente, de la campaña. Con ideas de juego convincentes y demandadas por el entorno, el Real Valladolid evolucionó. Sin fallos de relevancia y ofreciendo equilibrio en todo momento, el Pucela consiguió en Sevilla lo que no puedo obtener de Madrid: un punto.
En un encuentro con polémica por una acción al inicio del partido cerca del área sevillista, el tanto anulado al Sevilla FC pero, sobre todo, el riguroso penalti de Javi Sánchez que dio opción al empate, el Real Valladolid se marcha orgulloso de su duelo pero sabiendo la polémica que envuelve a su merecido punto.
Mejorando lo del Wanda
En el Wanda Metropolitano sólo un error de bulto de José Antonio Caro privó al Real Valladolid de sumar un merecido punto. El cancerbero no estuvo muy acertado en su debut en LaLiga Santander y el plan alternativo de Sergio González no se llevó un premio pero dejó una esperanza e ilusión que, una semana después, ha confirmado en un estadio como el Sánchez-Pizjuán.
Con una versión atrevida y descarada, el Real Valladolid adelantó sus líneas desde el primer momento y supo correr tras la robo. Sabiendo qué hacer en esas fases para la transición, los de Julen Lopetegui sufrieron en todas las facetas del juego porque el Real Valladolid les exigía mucho.
Sin perder la compostura ni el equilibrio, el Real Valladolid asustaba porque entendía el juego. El robo llegaba acompañado de un punto de electricidad que hacía ganar la espalda de los defensas rivales. Lentos y poco expeditivos, los hispalenses perdían credibilidad con el avance del duelo e, incluso, con el gol de Kiko Olivas.
El tanto del '4' confirmó el buen hacer pucelano y ayudó a los blanquivioleta a ratificar sus sensaciones. Claros, contundentes y directos, los de Sergio mejoraban su interesante versión ante el Atlético de Madrid, redondeando todo con el tanto del central. de Antequera.
Salvados con el VAR
Tras los primeros 45 minutos, el listón del Real Valladolid estaba muy alto porque los visitantes habían firmado una de sus mejores actuaciones de la temporada. Fracciones de juego completas que servían para tener una ventaja que el Sevilla FC quiso cambiar desde el primer segundo de la reanudación.
Los de Lopetegui salieron con las ideas claras y consiguieron darle la vuelta a la tendencia del partido. El balón comenzaba a estar en el terreno blanquivioleta y los pucelanos empezaban a defender más atrás. La fuerte presión local restaba ideas a los de Sergio para salir a la contra y de tanto vivir en el área de Jordi Masip, llegó el gol del empate.
Munir El Haddadi hacía el 1-1 pero, tras una larga revisión en el VAR, el tanto era anulado . La acción, clara en las imágenes, ofrecía la posibilidad al Real Valladolid de reiniciar la segunda parte con el mismo marcador del descanso. El golpe había sido neutralizado por el videoarbitraje, momento que Sergio aprovechó para intentar recuperar las credenciales de la primera parte con la entrada de Rubén Alcaraz en el lugar de un Hatem Ben Arfa sin fuerza en su primera titularidad.
Con el primer cambio blanquivioleta y la anulación del gol, el Real Valladolid comenzó a realizar un encuentro maduro. Si en la previa Sergio González elogiaba las formas de "competir" que el Getafe CF mostró en el Estadio José Zorrilla, su equipo tuvo grandes hechuras de competitividad y rendimiento en el tramo final del partido.
Gestos competitivos y sufrimiento
Restando minutos al marcador, leyendo qué necesitaba el equipo en acciones técnicas y exprimiendo los cambios y las posibilidades del banquillo, el Pucela firmaba un encuentro de mérito y éxito. Teniendo muchos detalles del juego controladas, sólo un penalti dudoso por manos de Javi Sánchez llevó al tanto de Lucas Ocampos y a un cambio de tendencia para los últimos 10 minutos de partido.
Reinstaurada la igualada, la inercia era local y el Pucela comenzaba a tener un botín que perder. Por idea y planteamiento y no por cansancio, el Real Valladolid buscó el empate y se olvidó de las armas que le habían valido en los primeros 45 minutos. Sin fuerza para la presión ni convicción para las transiciones, los pucelanos se resignaban a vivir en su campo y dar todo el balón al Sevilla FC.
Destrozando parte de los argumentos de la primera parte, el duelo terminaba con la peor imagen del equipo en el duelo. Viviendo a remolque de la propuesta sevillista, el encuentro se hizo muy largo a unos pucelanos que consiguieron tener dos acercamientos de peligro tras el empate, sí, pero que perdieron el ritmo marcado en unos emocionantes primeros 45 minutos. Con ellos se forjó un empate de renombre y un convincente paso al frente que pudo ser mayor con otras decisiones arbitrales.