1-2: La lógica devuelve al Real Valladolid al infierno

El Real Valladolid hace semanas que perdió su tren, aquél que le debía llevar a la salvación en LaLiga Santander. Según Sergio González, el equipo se derrumbó en Valencia tras perder (3-0) en el Estadio de Mestalla. Desde entonces, el equipo blanquivioleta dejó de creer y se dejó llevar e, incluso, arrastrar en las derrotas ante el Villarreal CF y la Real Sociedad.

Pese a todo, y en la última jornada, los blanquivioleta tenían opciones de salvación. Una carambola compleja podía hacer que los vallisoletanos pudieran conseguir la salvación, pero siempre dependiendo de la victoria ante un Atlético de Madrid que se jugaba el título liguero.

Ante esa realidad, los pucelanos no tenían nada que perder y sí todo por ganar. Tras firmar y sentir el descenso en varias ocasiones, llegar a la última jornada con opciones era un regalo que se podía aprovechar, dentro de la enorme dificultad.

Ilusión y desesperación

La motivación blanquivioleta para el cierre de la temporada era complicada, por no decir nula. Los de Sergio González habían vivido una semana "muy dura" y el duelo no iba a ser sencillo, o todo lo contrario. Sin nada que perder, los pucelanos podrían y debían mostrar su mejor versión. Así, un Real Valladolid desenfadado creó fútbol ocasiones, ilusión... y desesperación. A partes iguales y casi como toda la temporada,

Ver los primeros 45 minutos del partido hacían dudar y cuestionar muchas de las credenciales mostradas en la temporada. Ante un rival que peleaba por certificar el título, los pucelanos mostraron detalles de buen equipo y de tener calidad. El Real Valladolid vivía una primera parte similar a la de otros partidos.

Ante el Granada CF o el Cádiz CF, el Pucela fue superior al rival en la primera parte, por ejemplo. Se hizo merecedor de obtener una ventaja en el marcador pero no supo conseguir lo que se ganó en el terreno de juego. Lo hecho sobre el campo no tuvo premio en el marcador y eso, en lugar de fortalecer a los pucelanos, los rompió.

La debilidad ha sido la gran definición del Real Valladolid esta temporada y en la última jornada no podía ser de otra forma. Pese a esa gran primera parte y las ocasiones y contextos generados, el Pucela se rompió en los segunods 45 minutos. Debilitados tras el paso por vestuarios, el Atlético de Madrid empató y, desde ahí, el duelo se desniveló.

Gol y desaparición

Con el tanto de Ángel Correa, el Real Valladolid perdió, como en otros tantos partidos, la dinámica del encuentro. Se cayó y se desesperó. No encontró soluciones y cada minuto y decisión era peor. Antes del segundo gol rojiblanco, Sergio introdujo un triple cambio que rompió al equipo.

Sin Marcos André, Toni Villa y Roque Mesa, el Pucela se entregó y Luis Suárez y el Atlético de Madrid lo aprovecharon para hacer el segundo tanto, remontar el partido y llevar al Real Valladolid a la categoría que se ha merecido. Con el tanto del delantero uruguayo, el Pucela terminó la temporada y mostró las enormes carencias de gestión de una temporada que no se cierra en el último puesto gracias a un gol de Antoine Griezmann en Ipurúa.

De no ser por la derrota de la Sociedad Deportiva Éibar ante el FC Barcelona, el Real Valladolid hubiera descendido como colista pero, finalmente, el gol culé libra al Pucela de un último sonrojo en una temporada que jamás debe quedar en el olvido. Ésta no es una campaña para olvidar, es una temporada para reflexionar y analizar. Por todo y por todos.