2-2: Duro golpe para un Real Valladolid dominador

Jornada 36 en LaLiga SmartBank y el Real Valladolid tenía un encuentro determinante en la visita de la Unión Deportiva Almería al Estadio José Zorrilla. Cualquier entrenador hubiera negado que se trataba de una "final" pero ninguno podía negar que tenía "aroma" de ella. Ganar significaba ser líder de la categoría a falta de seis jornadas. El premio era jugoso y, por ello, el encuentro tuvo todo lo que ofrecieron ambos equipos sobre el terreno de juego.

Pucelanos y almerienses firmaron un encuentro muy intenso durante 90 minutos. Desde una exigencia constante y en la que cualquier detalle era diferencial, el Pucela consiguió ser más constante y hacer que el duelo estuviera en sus contextos.

Pese a que a los diez minutos de partido ya se habían lesionado dos jugadores pucelanos, los locales hacían suyo el duelo y todo parecía estar encaminado hacia una victoria que se perdió por un acción aislada como determinante y dura.

Largo proceso

Para conseguir ganar un encuentro tan importante como éste son muchos y diferentes los puntos y fases que debe conseguir un equipo y el Real Valladolid los cumplió de forma progresiva en un duelo que no fue sencillo. Ni en el calentamiento. La apuesta por Jawad El Yamiq no salió bien y Javi Sánchez tuvo que cubrir su posición durante menos de diez minutos.

Pese al doble contratiempo, el Pucela se encontraba cómodo sobre el terreno de juego. Con las líneas adelantadas, los vallisoletanos robaban en campo rival y generaban peligro. Dominaban el encuentro desde posesiones cortas pero verticales. Con Iván Sánchez entre líneas existía claridad y superioridad para liderar acciones con balón. El Pucela se encontraba cómodo y, como en el empate (2-2) en Málaga, lo de menos era el resultado.

Pese a verse por detrás en el marcador, los de Pacheta estaban cómodos. Esa comodidad vale mucho y significa mucho. Sin ella es imposible pensar en una respuesta tan rápida como la que tuvo el equipo. Igualar un encuentro como éste a los pocos minutos y desde una acción de estrategia habla de la comodidad y personalidad del equipo.

Llegar con el marcador igualado tras los primeros 45 minutos era lo de menos. No era momento de analizar si era justo o no y sí de entender que el camino estaba creado y que el largo proceso de la victoria estaba creado y, además, con el primer y más complicado paso cumplido.

Detalle diferencial

La senda de la victoria estaba creada y se confirmaba antes, incluso, de llegar a la hora de juego. Los pucelanos anotaban el segundo gol, obra de Toni Villa, en una de las primeras acciones de '9' de Shon Weissman. El israelí se sumaba a la tendencia del partido para un duelo que evolucionaba pero en el que siempre mandaban los contextos del Pucela.

El Real Valladolid tenía ventaja en el marcador pero vivía en campo rival. No especulaba. El duelo era como él quería pero los detalles, nuevamente, marcaron la diferencia. Perdiendo la tendencia del partido en unos pocos minutos, la UD Almería anotó el segundo gol en una acción a balón parado. En una pequeña fracción del partido en la que los de Pacheta perdieron el control, los de Joan Francesc Ferrer, Rubi, sacaron mucho provecho a un saque de esquina.

El gol de Rodrigo Ely neutraliza una buena propuesta pucelana y un duelo en el que los de Pacheta fueron merecedores de un golpe en la mesa pero éste terminó siendo, más bien, un golpe en la moral del propio Real Valladolid.