2-5: El Pucela de las dos caras

El Real Valladolid afrontaba un nuevo choque en LaLiga Santander, con la vuelta de Paulo Pezzolano al banquillo del Estadio José Zorrilla. Esta vez contra el Atlético de Madrid, a cinco puntos de la segunda plaza liguera. Los pucelanos han perdido a un jugador importante como es Selim Amallah y cuentan con la ausencia de Darwin Machis. El Pucela tiró de garra y mereció bastante más, pero se fue de vacío.

Por primera vez desde la llegada de Pezzolano se vio una versión del Pucela parecida a la mostrada con José Rojo, Pacheta en muchas ocasiones. El conjunto blanquivioleta pisó área rival, no mereció recibir tanto castigo, pero le mataron las transiciones y los groseros errores en la faceta defensiva.

Sin embargo, esto sólo pasó en el primer tiempo. El tanto de Cyle Larin desde el punto de penalti si hizo que apareciera otra imagen del equipo vallisoletano. La intención estuvo presente en el segundo acto, donde hubo posesión, con peligro por momentos y un balón al larguero a la salida de un córner.

Tras esto, los locales consiguieron recortar distancias y meterse de lleno en el partido. Un cabezazo de Escudero levantó a Zorrilla e hizo creer que todo era posible. Y tanto que si lo era... los de Pezzolano estrellaron otro balón contra la madera en lo que hubiera sido el empate y tuvieron un penalti no pitado. En la injusticia del fútbol entra que cuando el Real Valladolid las tuvo de todos los colores, Joaquín Fernández concedió un autogol y Memphis Depay puso la manita definitiva, generando un final muy cruel para los locales.