El Huesca deja vivo al Celta
Un punto que ha sido un milagro, un milagro fraguado en la figura de Aspas, también en la de Rubén y sobre todo, en un Huesca que pudo marcar una decena de goles cuando el Celta iba ganando 0-2. Un descalabro en una segunda mitad pésima donde el Celta perdió el control de todo el campo e hizo creer a un Huesca que terminó arrollando a los de Escribá.
El guión preestablecido marcaba que el Huesca, necesitado de un triunfo para no abandonar el sueño de seguir en Primera, iba a apretar desde el minuto uno del partido. El Celta, que se había aprendido la lección, salió bien plantado y muy concentrado al césped del Alcoraz.
Dominaban los de Escribá, el Huesca se empleaba con excesiva dureza pero los de Fran Escribá seguían buscando con ahínco la meta de Santamaría. El primero en probar suerte era Maxi Gómez, su remate, certero encontró las mallas oscencenses pero el colegiado, tras ser ratificado por el VAR, anulaba el tanto celeste por fuera de juego.
Poco duró la decepción en el cuadro vigués, ya que tres minutos después, en el 14' Aspas asistía a Brais y el de Mos empujaba el esférico de primeras para poner, esta vez sí, el 0-1. El Celta lograba lo más complicado, abrir el marcador obligando a un necesitado Huesca a abrirse y exponerse más a las posibles contras celestes.
El autor del gol, Brais Méndez, se llevaba la mano al muslo y tenía que ser atendido por los galenos olívicos entrando al campo sin pedir permiso para recibir la quinta cartulina justo antes de pedir el cambio por Boudebouz. El Celta se quedaba sin uno de sus cambios cuando se cumplía el minuto 20 del encuentro ante el Huesca.
Los de Francisco, conscientes de que el 0-1 los mandaba virtualmente a Segunda apretaron, subieron una marcha y fruto de una presión más intensa provocaban los primeros problemas para la zaga celeste. El técnico oscense reaccionaba y daba entrada a Ferreiro por Musto, que abandonó el campo con algún problema físico.
Primero Pulido y luego Chimy Ávila probaron suerte ante un seguro Rubén que no tuvo que intervenir al marcharse ambos remates por encima de su larguero. Aspas replicaba con una jugada individual en el 38' estuvo muy cerca de convertirse en el 0-2 si la pelota no se hubiese desviado unos centímetros.
Boudebouz, a punto de sentenciar
El árbitro señalaba tres minutos de prolongación, el Celta buscaba el último ataque antes de irse al descanso y en banda derecha aparecía Boudebouz. El franco argelino se la jugaba con un potente disparo que iba directo a la escuadra oscense para convertirse en uno de los mejores goles de la jornada pero Santamaría volaba para que su guante tocase lo justo el esférico desviándolo al larguero, con ese 0-2 que no pudo ser ambos equipos se fueron a vestuarios
Rubén se coloca la capa de héroe
El Huesca salió a por todas en la segunda mitad y Rubén se tenía que colocar, como ya ha sucedido en muchos encuentros de esta temporada, la capa de héroe. El canterano salvaba goles cantados para el Huesca como el de Etxeita o el de Chimy Ávila.
Era precisamente Rubén, el que con una parada estratósférica al Cucho propiciaba la contra del Celta que Aspas no perdonaba. El 1-1, merecido por los de Franscisco se pasaba al 0-2 tras ajustar su disparo a la cepa del poste. Eran minutos trepidantes, vividos con la máxima intensidad, un cuarto de hora que se cerraba con otra ocasión para el Huesca en un disparo al palo del Cucho Hernández.
Remonta el Huesca
Tanto lo estaba intentando el Huesca que en un remate a la media vuelta Enric Gallego recortaba el marcador en el 62'. El Celta lo estaba pasando mal con una medular desbordaba y una defensa desarbolada que aprovechaba el Chimy Ávila en un barullo para poner el empate a dos en el 70'.
Al Celta le quedaban 20 minutos para, al menos, aguantar el empate e impedir que el Huesca se sumase a la lucha por el descenso. Los nervios pasaban factura a los vigueses que habían desperdiciado un 0-2 concediendo otro gol en el 72 a un Huesca desbocado que encontraba el premio en una falta lateral que terminó por rematar Pulido.
El plan celeste se hundía con un castillo de naipes en una penosa segunda mitad en la que se vieron superados de principio a fin por la mayor intensidad del Huesca. El equipo, sin medular ni ayudas en bandas era una caricatura defensiva que desde el banquillo no se subsanó.
Otro milagro de Aspas
Escribá llamaba a Emre Mor para obrar el milagro, pero el Mesías del Celta era e nuevo Aspas. El moañés buscaba un espacio en la línea de fondo, daba el pase de la muerte y Boudebouz tocaba lo justo, ayudado por un central, para poner el empate a tres en el 81'.
Aspas no aguantaba más y tenía que abandonar el campo tras ser de nuevo el líder del equipo con un gol y dos asistencias. El delantero se tocaba la pierna y pedía el cambio encendiendo todas las alarmas, en su lugar entraba Emre Mor.
El empate, esta vez sí satisfacía a Escribá y retiraba a Boufal en el 89' por Jozabed. El Celta necesitaba aguantar los minutos finales para llevarse un empate ahora valioso que dejaba al Huesca con un pie y medio en Segunda, y logró el empate porque los de Francisco fallaron dos ocasiones clamorosas en el descuento. El Celta salía vivo del Alcoraz gracias a los de siempre, Aspas y Rubén ayudados por la nula puntería de un Huesca que fue mucho mejor.