El día que el Celta le metió seis al Rayo para sellar la permanencia en Primera
El Celta cierra una temporada para olvidar recibiendo la visita del ya descendido Rayo Vallecano en Balaídos. Un encuentro en el que el conjunto olívico buscará consumar una salvación que tiene al alcance de la mano, ya que ni siquiera necesita puntuar para lograrlo. No obstante, la afición celeste espera una victoria de los suyos para acabar el curso con buen sabor de boca, y qué mejor espejo en el que fijarse que aquel día en el que los gallegos le endosaron un 6-1 a los madrileños para sellar la permanencia de manera virtual.
Celta y Rayo se veían las caras en Balaídos con la permanencia en juego a falta de siete jornadas para que la temporada tocara a su fin. Los vallecanos, haciendo honor a su nombre, entraban al partido como un rayo y en apenas 22 segundos, Manucho hacía el primer gol del partido a pase de Embarba. Un mazazo para los vigueses, que pudo haber sido peor de no ser por la gran intervención de Sergio Álvarez tras un testarazo de Antonio Amaya.
Pero el Celta era consciente de lo que se jugaba y replicó con similar contundencia. Sobrepasado el minuto cinco de partido, Óscar Larrivey igualaba la contienda tras una jugada de fantasía de Nolito, que se fue de Amaya con un caño de bella factura para, acto seguido, asistir al atacante argentino, que puso las tablas con un remate ajustado al palo largo, imposible para Toño.
Una vez rebajada la euforia inicial, el Celta se convirtió en dueño y señor de la medular y, liderados por un excelso Nolito, comenzó a llevar peligro a la meta rayista con insistencia. Así llegó el primero de Santi Mina, a pase del atacante sanluqueño, cuando el marcador señalaba el minuto 20 de partido. De dulce, los celestes fueron una apisonadora y sentenciaron el envite antes del descanso, merced a nuevos tantos de Larrivey y Mina.
La segunda mitad fue un mero trámite para el equipo que por aquel entonces entrenaba Eduardo Berizzo. Con Santi Mina en estado de gracia, los vigueses pusieron el 6-1 definitivo en el marcador a falta de más de media hora para el pitido final. Dos zarpazos del canterano, que se convirtió en una auténtica pesadilla para la zaga del Rayo, con los que el Celta terminó por sellar su permanencia en LaLiga Santander.