Juan Carlos Unzué empieza su batalla contra la ELA
Juan Carlos Unzué, extrenador del Celta de Vigo, anunciará este jueves que sufre una esclerosis lateral amiotrófica, tristemente conocida como ELA. Una enfermedad incurable, degenerativa y que poco a poco va apagando la llama de quien la padece. Esa es la batalla que no ha elegido y que ahora le toca pelear a un persona querida y respetada por el club, los jugadores y toda la afición celeste.
Será en una rueda de prensa en el Camp Nou a las 13.00 horas, la que ha sido su casa además de Balaídos y el Sánchez Pizjuán. El canal oficial del Barcelona emitió en directo una triste comparecencia en la que el exportero y actual entrenador de 53 años.
Cuatro años de esperanza de vida, ese es el tiempo que le queda según ha relatado Cristina Cubero en Mundo Deportivo. Ese es el terrible diagnóstico realizado por los médicos y al cuál se tiene que enfrentar una persona que había calado muy hondo en el Celta por su educación, sencillez y cercanía.
Siempre positivo, con su tono didáctico, como un profesor que se sabía absolutamente todo el temario que abarca el mundo del fútbol. Así lo reconocía Iago Aspas, asegurando que su conocimiento futbolístico era inabarcable. Jamás una mala palabra, una mala contestación cuando el juego de su Celta, el mejor de las últimas temporadas, era criticado por su falta de efervescencia comparado con su predecesor, Eduardo Berizzo.
Dos etapas en Vigo, como segundo de un Luis Enrique al que la tragedia también llamo a la puerta de su casa hace escasos meses, y luego como primer entrenador comandando el cuerpo técnico del asturiano, que se había dado un año sabático después de brillar con el Barcelona.
Ahora le tocará pelear contra el peor delantero y el rival más terrible la que jamás se ha enfrentado, la ELA, una enfermedad del sistema nervioso central que afecta a la degeneración progresiva de las neuronas motoras en la corteza cerebral, es decir, afecta a todas las partes del cuerpo menos a los sentidos, el intelecto y los músculos de los ojos.
Poco a poco se pierde toda la movilidad y también afecta a los órganos del cuerpo lo que acaba en un fallo total del organismo que precipita la muerte de la persona que padece esta enfermedad que por desgracia, a día de hoy, sigue sin tener cura.