El 23-F celeste: la toma del Metalist Stadium
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Hace justo 40 años, el 23 de febrero de 1981 los españoles le decían no a la dictadura, querían seguir viviendo en democracia, libres y sin miedo. Los disparos de unos locos en el Parlamento no les amedrentaban, salieron a las calles a defender sus derechos. Tejero y sus guardias civiles; Milans del Bosh, Alfonso Armada y otros generales golpistas no lograban volver a teñir de tinieblas y amargura la vida de tantos millones de personas. Ni los tanques en las calles de Valencia lograron su macabro objetivo, devolver a un país entero a una época tan oscura y cercana que era imposible de olvidar, la dictadura franquista. Ese 23-F es hoy recordado para que los más jóvenes no se olviden que vivir en libertad, por desgracia, no ha sido lo común en España. Pero el 23 de febrero de no hace tantos años, exactamente del 2017, el Celta de Vigo lograba una de sus mayores gestas en el viejo continente. Los pupilos de Berizzo tomaban, en el descuento y en la prórroga el Metalist Stadium y dejaban fuera de la Europa League a uno de los principales favoritos, el Shakhtar Donetsk de el ahora celeste Facundo Ferreyra. Una hazaña menor si se compara con la valentía que tantos hombres y mujeres mostraron hace 40 años, pero que sin duda deja mejores y más bonitos recuerdos en la mente de un celtismo que vuelve a sonreír tras tantos años al filo del abismo.
Con todo perdido, tras el 0-1 logrado por los ucranianos en Balaídos, se llego al descuento en el partido de vuelta en Jarkov. El sueño del Celta se esfumaba en los dieciseisavos de final. En ese momento apareció Guidetti, el sueco se fue al suelo en el área del Shakhtar y el eslovaco Vinčić señalaba penalti, no lo fue, pero poco importaba. Aspas lograba el tanto y mandaba la eliminatoria a la prórroga, el Celta estaba siendo mejor, los de Donetsk llegaron fundidos al desenlace final. La primera parte de la prórroga sirvió para que los de Berizzo se fuesen haciendo con el control del partido.
Y llegó el gol de Cabral, el argentino no hizo caso a Berizzo, "le dije que se fuese al segundo palo", reconoció el 'Toto'. Pero no lo hizo, se fue al primero y marcó, batió a Pyatov en el 108' para dar el pase al Celta. Luego cayeron el Krasnodar y el Genk para acabar peleando la final hasta el último minuto en Old Trafford, pero fue, hace justo cuatro, el 23 de febrero de 2017 cuando los celestes superaron el frío y las adversidades para eliminar al Shakhtar Donetsk.
Los aficionados del Celta tienen doble motivo de celebración este 23 de febrero porque hace 40 años muchos de ellos optaron por seguir viendo en democracia y libertad y porque 36 años después, pudieron disfrutar de los goles de Aspas y Cabral en el Metalist Stadium, la primera piedra de uno de los recuerdos más bellos que ha dejado el Celta de Vigo en su historia reciente, esa Europa League en la que se quedaron muy cerca de cumplir la profecía de su míster, Eduado Berizzo: "Algún día golpearemos tan fuerte la puerta que caerá".