Carbonell, su experiencia con el primer equipo y el nivel de Aspas: "No dudaría ni un momento"

Este pasado mes de julio Àlex Carbonell firmaba un contrato de cuatro temporadas con el Celta. El joven centrocampista buscaba en Vigo la continuidad y estabilidad que no había tenido en las últimas temporadas. Sin esperarlo se encontró trabajando día a día en el primer equipo. Carbonell compartía vestuario, concentración y sesiones con Iago Aspas, Denis Suárez, Brais Méndez o Nolito. Bajo la atenta mirada de Eduardo Coudet el organizador pudo disfrutar de más de tres semanas de entrenamientos con el Celta, debutar con el primer equipo y así recordar momentos pasados como sus debuts con el FC Barcelona o Valencia CF.

El de Cerdanyola del Vallès es, con solo 24 años recién cumplidos, un trotamuntos del mundo del fútbol. Países Bajos y Suiza han sido dos de sus destinos tras sobresalir en la cantera azulgrana y hacerse con un nombre en la siempre exigente LaLiga SmartBank con el Reus y el Córdoba. Estas experiencias le dan un bagaje vital impropio para una persona de su edad y han forjado su carácter. Carbonell es un jugador metódico, analítico, que entiende el juego y su labor en el campo y que le permite saber disfrutar de su profesión con los pies en la tierra valorando los buenos momentos que el fútbol le está dando desde que llegó a Vigo.

Llegaste en verano al Celta e inmediatamente fuiste citado para entrenarte con el primer equipo. ¿Cuándo eso sucede en la cabeza de un jugador se empieza a pensar en la opción de lograr convencer al entrenador y quedarse en el Celta?

Yo cuando firmé aquí tenía muy claro con quien firmaba. Cuando se me brindó la oportunidad de poder entrenar con el primer equipo lo sentí como una experiencia que tenía que disfrutar al cien por cien. Iago Aspas, Denis Suárez son jugadores superlativos, de clase mundial que todo el mundo conoce.

Yo ya conocía a Denis, había coincidido con él. Me ayudo desde el principio a estar un poquito más integrado y con el que me sentía un poco más integrado cuando me entrenaba con ellos. Lo viví con mucha alegría, intentando aprovechar cada minuto que estaba ahí pero teniendo muy claro donde estaba mi sitio.

¿Es sencillo tener claro el rol que se le asigna a un jugador cuando le citan para entrenarse con el primer equipo? ¿Hay decepción cuando toca volver a trabajar con el filial después de tantas semanas entrenándose con el Celta?

Todo futbolista cuando va a entrenar intenta hacerlo lo mejor posible. Si en ese momento estoy entrenando con el primer equipo mi objetivo debe ser, sin ningún tipo de presión y con la máxima ilusión, intentar demostrar que estás ahí. Quieres que te vean, que te conozcan, que sepan cómo entrenas y luego cuando bajes al filial que vean cómo juegas también. No es lo mismo entrenar que jugar.

Yo es lo que hice, fueron tres semanas largas con dos partidos que ellos hicieron. incluso también fui contra el Wolves. El objetivo siempre tiene que estar ahí, por qué no... tienes que soñar. Si las cosas salen bien con el filial siempre esperas y deseas jugar en Primera División sabiendo la dificultad que conlleva eso. Toca trabajar duro en el filial para ver si alguna vez me llaman para entrenar con el primer equipo y poder hacerlo otra vez lo mejor posible.

Cuando un futbolista firma por un equipo filial en su cabeza siempre está el intentar llegar al primer equipo. ¿Es ese el objetivo que te marcas tras firmar un contrato largo con el Celta?

Si lo haces bien en el filial, juegas, el equipo gana, tu compites y estás mejorando de la mano del equipo las cosas si tienen que venir, vendrán. Pero las cosas no vienen porque si, vienen de un buen trabajo en el filial, de haber ayudado al club en todo lo que necesite, de tener una buena predisposición con los compañeros es la base para que, si tiene que llegar algo, vaya a llegar. Hay que tener siempre la máxima ilusión pero siendo consciente de la dificultad que eso tiene. Hay que tener siempre los pies en el suelo y saber que si eso pasa es porque yo estoy jugando bien en el filial.

Con 24 años ya has jugado en Países Bajos, Suiza, en equipos como el Barcelona, Valencia, Reus, Córdoba tanto en primera como segunda división. Son muchas experiencias para un joven, algunas de ellas buenas y otras malas. ¿Esa manera de afrontar el fútbol, la tranquilidad y el poso con el que analizas la situación que vives en la actualidad en el Celta es fruto de las vicisitudes que has tenido que afrontar a lo largo de tu carrera deportiva?

Todo lo que uno va viviendo te tiene que servir de algo. Quizá uno peca de mirar mucho más allá. El 'a mí me gustaría.. me gustaría estar aquí...' no vale de nada. Para que eso suceda te toca centrarte en el ahora, en donde estás, en intentar darlo todo en cada entreno, ayudar a tus compañeros, a tu club. En vez de centrarte mucho en el qué pasará lo más importante es lo que va a pasar el próximo domingo.

Obviamente cuando era muy joven te vas creando unas ilusiones cuando debutas con el primer equipo (del Barcelona) pero no estás preparado mentalmente para eso. La gente lo vive de manera diferente dependiendo de su situación, de su personalidad... ahora, después de tres o cuatro años en los que he estado dando vueltas he aprendido a valorar todo mucho más. Valoro el donde estoy, valoro el jugar, el tener minutos y es verdad que cuando uno es más joven no lo valora o no es consciente. Con 24 años veo todo distinto a cuando tenía 18.

Como futbolista que ha se ha entrenado con Iago Aspas. ¿Entiendes este debate que se ha abierto sobre su nivel que está teniendo en este inicio de temporada?

Si Aspas ha estado tantas temporadas a un nivel espectacular no creo que se deba dudar de que este año lo va a volver a repetir. Yo no dudaría ni un momento por el rendimiento de un jugador como Iago Aspas. Es un jugador espectacular, es buenísimo.

Encima intenta ayudar siempre a los jóvenes cuando la gente sube a entrenarse con el primer equipo. Estoy convencido de que volverá a dar muchas alegrías como las has dado durante muchos años.