Encrucijada en defensa

Pese al intento del Real Zaragoza por revertir la tarjeta amarilla que vio Marcelo Silva en el encuentro ante el Córdoba, el central uruguayo fue suspendido con un partido, lo que se convierte en un auténtico quebradero de cabeza para Luis Milla, que tendrá que recomponer el centro de la defensa y resolver una complicada incógnita.

Serán los primeros minutos del Real Zaragoza en LaLiga 1|2|3 sin Marcelo Silva y sin duda alguna, el equipo sufrirá las consecuencias. Ya sucedió algo similar cuando el otro central, el también uruguayo Leandro Cabrera cayó lesionado y se perdió el encuentro ante el Levante. Entonces fue Bagnack el encargado de suplir la ausencia y mostró buena parte de las carencias de un jugador al que se le nota en exceso la fatal de partidos.
Ante el Sevilla Atlético, Luis Milla contará con una pieza más, lo que dificulta todavía más la elección. Los precedentes darían a Bagnack como favorito para ocupar el puesto de Silva, pues como ya se ha indicado fue el encargado de suplir la ausencia de Cabrera, pero la actuación del camerunés en aquella ocasión dejó muchas dudas sobre su rendimiento. Otra opción lógica sería la elección de Popa. El central rumano suplió a Silva en pretemporada, por lo que ya conoce las formas de Cabrera y está más adaptado al equipo de lo que estaba Bagnack. Sin embargo, su juventud parece no ofrecer las suficientes garantías al técnico, que no acaba de confiar en él.
Por último aparece la opción José Enrique. Por nombre y trayectoria es el más fiable, pero su presente es algo diferente. Partimos de la situación peculiar de un jugador que en primer lugar, es lateral y no central. Aunque ha actuado en el centro de la zaga, no es su puesto natural. Algo que además se agrava con el hecho de no haber realizado pretemporada con el equipo y no haber disputado ni un solo minuto con el equipo hasta el momento, lo que aumenta las dudas hasta infinito.
Solo un hombre sabe la solución a esta ecuación y conociendo a Luis Milla, la decisión tendrá que esperar hasta el último momento. Una encrucijada por la que pasan buena parte de las aspiraciones del Real Zaragoza de asaltar el Ramón Sánchez-Pizjuán.