La penitencia de jugar en Segunda
El próximo fin de semana el Real Zaragoza viajará hasta tierras andaluzas para enfrentarse al filial del Sevilla. Será un viaje cómodo que el equipo podrá realizar en AVE, apenas unas horas de tren para la disputa de un encuentro en el que el equipo aragonés pagará la penitencia de disputar la categoría de plata y hará su debut en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios.
Porque el conjunto blanquillo ha visitado a los sevillistas en dos ocasiones con anterioridad, pero en ambas el encuentro se disputó en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. La primera de ellas fue en la temporada 2008-09, en la que el Real Zaragoza consiguió el ascenso y se llevó un valioso 0-4 en la jornada 8. Peor fue el antecedente de la pasada temporada, en el que los aragoneses cayeron por 2-1 tras adelantarse en el marcador.
Lo cierto es que no es una situación extraordinaria. La Segunda división, pese a que en esta temporada está casi en su totalidad ocupada por equipos de capitales de provincia, obliga en muchas ocasiones a viajes tediosos a localidades pequeñas y en ocasiones mal comunicadas, que además cuentan con vetustos estadios -algo aplicable también a La Romareda-.
Así, durante sus últimas experiencias en la categoría de plata, los aragoneses han visitado localidades como Miranda de Ebro, Lorca, Palamós, Sabadell, Ponferrada o como El Ejido y Terrassa con anterioridad. Como tampoco es nuevo visitar la Ciudad Deportiva de un equipo de Primera, pues ya se consiguió la victoria (1-2) en el Alfredo Di Stéfano en las instalaciones del Real Madrid en Valdebebas en la temporada 2013-14.
Detalles y pequeños contratiempos asociados a la categoría de la que el Real Zaragoza trata de huir dese que se consumara el descenso hace ya cinco temporadas, algo para lo que la única receta válida es la de ganar cada partido, empezando por el próximo sábado, aunque sea en la Ciudad Deportiva.
