Dos películas con idéntico guión

Mucho suspense y dulce final para la afición de La Romareda. Así han sido los dos últimos encuentros disputados en el feudo aragonés, pero también han contado con más coincidencias. Casualidades o no, ambas victorias llegaban con un gol de Pombo desde la frontal del área y también en las dos hubo un penalti fallado por Borja Iglesias.

Mismos protagonistas, mismo desarrollo del encuentro y, sobre todo, mismo final con triunfo para los blanquillos. Los dos últimos partidos en La Romareda han sido dos películas calcadas en las que el Real Zaragoza ha conseguido dejar los tres puntos ante dos rivales como Tenerife y Córdoba.
canarios y andaluces han salido del feudo zaragocista derrotados por 1-0 en el marcador y con sensaciones muy parecidas. Fueron dos duelos en los que Jorge Pombo lograba adelantar a su equipo en el tanteador en los primeros compases del mismo. Ante el Tenerife fue en el minuto 7, mientras anoche lo hacía en el 18 de partido.
Con el encuentro ya de cara, también se repetía otra curiosa circunstancia. Borja Iglesias tenía la ocasión de sentenciar el choque desde los once metros, pero el delantero gallego no acertó con ninguno de los dos penaltis -uno en cada partido- para poner el 2-0 evitar el sufrimiento final a La Romareda.
Un sufrimiento que, por la incertidumbre del resultado, llevaba a la afición blanquilla a vivir los últimos minutos con mucho nerviosismo. Finalmente, en los dos encuentros, los tres puntos se quedaban en el feudo aragonés para satisfacción del conjunto que dirige Natxo González.
Para colmo de las casualidades, el rival se veía obligado hacer un cambio por lesión en los dos encuentros antes de los primeros 20 minutos. En el Tenerife era Jorge Sáenz el que entraba por el lesionado Aveldaño y en el Córdoba Loureiro sustituía a Edu Ramos en el 14 de partido.
Dos alegrías necesarias después de una primera parte del curso en la que sólo se habían conseguido dos triunfos. Es decir, el Real Zaragoza suma ya, a falta de nueve partidos por jugar todavía en casa, las mismas victorias que había conquistado en toda la primera vuelta en La Romareda.