Escudo de roble pero espada de hojalata

Al Real Zaragoza le espera una previa ilusionante, ya que la visita a su máximo rival coincide con su momento más esplendoroso de la temporada. Un arranque de segunda vuelta casi inmaculado ha avivado la llama de la promoción de ascenso. Por su parte, Osasuna acumula una serie de partidos desafinado en ataque. En las últimas 10 jornadas ha marcado seis goles, que le han valido cuatro victorias y tres empates. No hablamos de una racha negativa, ya que sus números defensivos equilibran la balanza.

El equipo de Diego Martínez no se caracteriza por sus grandes cifras goleadoras. De hecho, es el conjunto de la zona noble junto al Cádiz que menos goles ha anotado: 32. No obstante, contrarresta ese déficit ofensivo con una sublime estadística defensiva, siendo el segundo equipo menos goleado de la categoría con 24 goles encajados. Los rojillos dejaron atrás la primera vuelta con una victoria por 4-2 al Valladolid en El Sadar. Un resultado potente. Tras pasar el ecuador del curso, todo ha parecido cambiar.
En la segunda vuelta ha marcado los mismos tantos que le han metido: seis. Una serie de marcadores de talla baja que mantienen a los pamplonicas sextos con 47 puntos. La lesión del delantero Xisco en enero mermó la puntería del próximo contrincante del Zaragoza. Desde entonces, el ataque de Osasuna solo ha sido capaz de hacer tres tantos, en los que ha colaborado el defensa Oier Sanjurjo y el centrocampista Fran Mérida.
El tanto restante lo anotó David Rodríguez, la otra bala que junto a Xisco marca el camino ofensivo navarro. De hecho, ambos llevan seis goles. Una cifra bastante baja. No tiene una referencia de garantías, ya que el tercer delantero, Quique, tan solo suma dos dianas. Pero si algo tiene Osasuna, es que saca la máxima rentabilidad posible a sus goles. Rara es la vez que el equipo marca y pierde el encuentro. Esto ha ocurrido en solo dos ocasiones esta temporada.