Natxo y su inoportuna traición

No se puede imaginar el señor González el daño que le acaba de hacer al Real Zaragoza. La bomba sobre su marcha al Deportivo ha roto toda la sintonía interna y externa que había propiciado la remontada del equipo aragonés y que los sueños del ascenso permanezcan más vivos que nunca. El señor González ha roto un código sagrado en el fútbol. Ha impuesto su egoísmo a los intereses de un equipo. Eso es lo peor que puede tener un entrenador. Visto como es este señor, lo mandamos a La Coruña con un lazo.

Ya hablaremos en su momento también de su inteligencia porque todo el mundo entendería que se fuera a un reto mayor, a una categoría superior y a ganar mucho más dinero. Pero es que eso no va a suceder. Su carácter avinagrado y su pensamiento egoísta le han hecho buscarse una salida, negociarla a destiempo y dinamitar todo lo que se había conseguido en el Real Zaragoza. Muy mal señor González.
Nunca había visto un proyecto tan acorazado, a un entrenador tan apoyado, a un director deportivo tan identificado y a un director general con disposición a desgastar su figura para defender al técnico. Nunca. La pésima primera vuelta que ha hecho el Zaragoza del señor González era para haberle mandado a Vitoria, pero Lalo y Cuartero anularon cualquier intención de cese por parte de los dueños del club.
Afortunadamente, el Real Zaragoza está muy por encima de las personas y sabrá salir vivo de semejante traición. Quedan tres semanas de temporada para lograr el sueño del ascenso. La bomba que acaba de estallar hará daño, pero esperemos que no sea suficiente para reventar todo lo bueno que se está viviendo alrededor de un club con demasiadas heridas y que estaba volviendo a ver la luz.