Multiusos Zapater
La importancia de Alberto Zapater trasciende más allá de lo que sucede en el césped. Por eso, el aragonés se ha convertido en pieza fija de cualquiera de los entrenadores que ha pasado por el Real Zaragoza durante los últimos años, incluso buscando una reubicación necesaria en el esquema para poder encajar la figura del capitán blanquillo.
No es el ejeano un jugador más dentro de la plantilla. Por veteranía y sentimiento hacia el club, es una figura esencial en el vestuario aragonés, más allá de su estado de forma, que por momentos ha hecho que se cuestionara su figura. Sin embargo, cuando juega, rara vez su nivel está por debajo del general del equipo y, por supuesto, jamás se le puede reprochar la falta de entrega.
Es además un hombre extremadamente útil para cualquier entrenador por su versatilidad. Desde que volvió al Real Zaragoza, hace ya tres temporadas, ha tenido ocasión de moverse por diversas demarcaciones. De una forma natural, en el centro del campo, tanto como parte del doble pivote como en posiciones de interior, para dejarle la manija a Eguaras. Una manija que también ha tomado en caso de ser necesario. Incluso ha retrasado su posición al centro de la defensa en momentos de urgencia, y en el último encuentro, ante el Extremadura, Víctor Fernández lo devolvió al lateral derecho, posición en la que jugó en ocasiones en el inicio de su carrera profesional.
Por si fuera poco, el jugador aragonés cuenta con una trayectoria que le permite ser referente en un vestuario plagado de jóvenes. Si a eso se le añaden los goles, que no han llegado esta campaña, pero sí lo hicieron la pasada, Zapater se convierte en una pieza básica en este Real Zaragoza. Nadie mejor que Víctor Fernández para tratar de devolver vigor a un futbolista muy necesario en un momento delicado como este.