El éxtasis de Eguaras rescata un punto de fe

Este Real Zaragoza es otra cosa. Con sus mismos defectos, pero con un discurso claro. Y eso en el fútbol es oro. Como contra el Málaga, el conjunto aragonés volvió a hacer un gran fútbol... y a ponerse dos goles por debajo en el marcador. Pero esta vez, en Majadahonda tocó mostrar que si tienen fútbol, también tienen carácter. Eso salvó un punto en un partido que se llegó a poner imposible y dramático.

Que con Víctor Fernández el Real Zaragoza ha dado un cambio radical es algo que va más allá de estadísticas y de lo emocional. El equipo aragonés tocó y tocó en campo rival ya desde el principio. Convencido de que podía llevar la iniciativa. Apretando arriba, intentando buscar cualquier resquicio para penetrar la defensa majariega. El objetivo era mantener la posesión. Bajo esta consigna, el partido se desarrolló entre recuperaciones de Eguaras e Igbekeme y combinaciones rápidas y certeras arriba. El Rayo Majadahonda resistía como podía. Cualquier balón que se sacudían de encima acababa en los pies de un zaragocista. En estas, había que llegar... y James lo entendió. El nigeriano ya avisó con un disparo en el minuto diez que se fue desviado.

James y Zapater imponían su ley en el centro del campo. Especialmente bien comenzó el partido el de Ejea, buscando conducir el balón e incluso centrar desde la derecha. El Zaragoza manoseó tanto el balón que en el minuto 24 casi llegó la sublimación de lo que estaba siendo el partido. Eguaras inició una jugada en el centro del campo que acabó en la banda izquierda, con Lasure centrando un balón delicioso que Soro remató del cabeza a la madera. El canterano se metió entre los centrales para meter la testa. Un tanto que no fue por centímetros. ¿Y el Rayo? El Majadahonda llegaba muy poco. Agazapados, intentaban salir a la contra. Los defensas, como Guitián o Benito, solventaban perfectamente sus duelos.

En el minuto 35, una buena acción de Marc Gual con Benito acabó con este último pidiendo penalti tras un derribo. El Zaragoza trenzaba buenas jugadas y bordeaba el 60% de posesión, pero le faltaba tirar a puerta. El Majadahonda, nervioso. Marc Gual estuvo a punto de robarle el balón a Ander Cantero, el guardameta rival. Parecía cuestión de tiempo el gol blanquillo.

AITOR RUIBAL Y UN DÉJÀ VU CRUEL

Todo iba tan bien que nadie hubiera podido preparar a los aragoneses para lo que se les venía encima. Héctor Verdés, central, salió conduciendo de la cueva, y le metió un gran pase en profundidad a Aitor Ruibal, que se deshizo de Álex Muñoz y regateó a Cristian para hacer el 1-0. Increíble. Un Ruibal que apenas había tocado un par de balones en condiciones, hacía el gol con el que su equipo se iba al triunfo. "Así es la vida y la Segunda división, con o sin Víctor...", era el pensamiento de todo el zaragocismo. Para los madrileños, se les había abierto el cielo inesperadamente. El Real Zaragoza se iba al vestuario masticando un déjà vu muy amargo. Como ante el Málaga, los méritos eran suyos y el marcador, del rival.

El Real Zaragoza tenía que volver a imponer su ley tras el descanso. Y eso que los locales salieron entonados. Llegando e incluso pidiendo un penalti de Lasure a Isaac Carcelén. Tras diez minutos de dominio madrileño, Alberto Benito salió de la cueva con una buena cabalgada y le sacó una falta al defensa Rafa en la esquina del área. Zapater la botó con la derecha y tras una serie de rechaces Alberto Soro hizo un eslalon por la izquierda y disparó desviado. Aquella oleada de ataques fue sólo una leve ilusión. En la siguiente jugada, Isaac condujo por la derecha y disparó duro a las manos de Cristian. En el rechace, Fede Varela marcó el 2-0 en el 63. El Zaragoza había perdido el centro del campo y estaba metido en un gran un lío.

Con Álvaro Vázquez dentro, y Pombo fuera, tocaba reaccionar cuanto antes. Y fue Alberto Soro el que gritó que se podía. Eguaras le asistió en la frontal del área para que se girará con rapidez a la portería y fusilara a Cantero. Con Papunashvili dentro, quedaba poco más de un cuarto de hora para salir con algún punto. El georgiano lo intentó en el minuto 76 con un latigazo marca de la casa que se fue por centímetros. Ahora era el momento de tocar arriba.

ÉXTASIS DE EGUARAS

Y Eguaras lo entendió. Soro, muy activo todo el partido, controló un balón para pasarselo a un Eguaras de mediapunta. El navarro provocó una falta que lanzó él mismo. Tras dos rechaces, a la tercera fue la vencida. El centrocampista lanzó un trallazo desde fuera del área que se coló por la misma escuadra. Es el primer gol que marca con la camiseta del Zaragoza. A veces lo bueno se hace esperar. Pedir un tercero hubiera sido demasiado. Se intentó con un Rayo Majadahonda esperando salir a la contra para vencer a los aragoneses.

Al final, un punto sacado con fe y buen juego. Tocará refrendar las virtudes que ha traído Víctor Fernández con una victoria ante el Real Oviedo. Porque, pese a todo lo bueno, los errores se repiten y el descenso sigue apretando.