Los milagros de Cristian Álvarez y una remontada de fe

Este es otro Real Zaragoza. Chisposo, ofensivo, atractivo. Tendrá errores, agujeros en defensa y puntos a mejorar. Pero cuenta con la convicción de escalar cualquier montaña por muy suicida que parezca el plan. Por eso, ante el Lugo, culminó su enésima remontada. Víctor Fernández arriesgó y le salió bien. Cuando peor estaba el partido, un cambio ofensivo (Linares por Zapater) propició una remontada espectacular en un feudo donde nunca se había vencido. Nadie debería apostar sin fe, y a Víctor le salió bien la jugada. Para todo lo demás, Cristian. El argentino le dio alas a su equipo. No se cansa el Zaragoza de echarse en los ágiles brazos del rosarino.

Se llegó a poner por debajo el equipo blanquillo, pero el partido no empezó mal del todo. El Zaragoza tuvo argumentos desde el inicio. Primero con el pujante Nieto, que avanzó por su banda y puso un balón que no encontró rematador por poco. Un tiro de Pombo taponado por la defensa fue la siguiente jugada. Minutos después, Benito centró y Álvaro falló con todo a su favor. De todo este arreón inicial, la ocasión más clara llegó por parte de Pombo. El canterano reventó el poste tras una buen esprint de Igbekeme. Álvaro falló incomprensiblemente en el rechace. Llovía sobre Lugo y el Real Zaragoza descargaba todo su repertorio sobre el área rival. Era el minuto quince y ya llevaban varias llegadas claras de gol.

Pasó lo de siempre. Como en las anteriores citas, el Zaragoza salió muy enchufado, monopolizando la posesión. Las llegadas era suyas pero al rival le llega un momento en el que rompe líneas y asusta a Cristian. De hecho, minutos después, Cristian rechazó un disparo seco y duro de Toni Martínez. El Lugo se comenzaba a crecer. Dos nuevos paradones de Cristian en una misma jugada no taparon la realidad: un leve agarrón de Guitián a Lazo en plena carrera en esa acción que se saldó con un penalti. El extremo se aprovechó de un hueco dejado por Benito y Guitián, superado en velocidad, desestabilizó a su rival. Pese a que la jugada continuó, Pulido Santana no perdonó. Carlos Pita engañó a Cristian en un primer lanzamiento, que fue anulado. En el segundo intento, el argentino tampoco pudo hacer el milagro. Hasta para santos como Cristian hay un contador de milagros.

Desafortunado Álvaro Vázauez

El arquero rosarino se volvió a lucir, eso sí, con otra inspirada intervención con aroma a dos a cero. Era el minuto treinta y la balanza se había orientado al lado lucense. Aun así el Zaragoza no estaba para nada ausente. Benito, muy activo en ataque durante todo el partido, puso un balón peligroso al punto de penalti que Miguel Viera despejó a córner cuando Álvaro ya se relamía. En la última jugada llegó el drama: un pelotazo de Verdasca que se comió la zaga rival acabó con el 'Lobo' mano a mano con Juan Carlos. José Carlos llegó en el último suspiro para derribar al de Badalona. Penalti y amarilla. Álvaro se había demorado demasiado en tirar, pero la pena máxima le daba alas para marcar un gol desde los once metros... que no llegó. El catalán quiso ajustar demasiado su lanzamiento, que se fue a la izquierda del guardameta rival. Tres ocasiones clarísimas tiradas por la borda. Es Álvaro un ariete de trazos finos y desbordante calidad, pero con cierta falta de veneno en la definición.

Linares triunfa en el intercambio de golpes

Tras el intermedio, la misma historia. Pombo se volvió a cruzar con el poste tras una nueva jugada con James, mientras que Cristian Herrera cabeceó fuera por centímetros en la siguiente jugada. El eléctrico Lazo puso de nuevo a prueba a Cristian en el minuto 57. El portero, una vez más, estuvo impoluto. Ante está situación, Víctor puso dinamita arriba con Linares por Zapater. Cambio muy ofensivo para buscar los puntos. Eguaras abrió para el desmarque de Benito, quien se adentró en las profundidades del área para ceder desde atrás a un Linares que no falló. El Lugo no se arrugó y siguió buscando el gol. Merodeó el área de Cristian, reclamó un penalti y asustó en todo momento. Con el partido convertido en un auténtico correcalles, Aguirre entró por Soro para ponerle todavía más velocidad al duelo.

Tan importante como el gol del de Fuentes de Ebro fue el enésimo prodigio de Cristian. Tras rechazar un latigazo desde fuera del área, el esférico le quedó muerto. Al rechace, con toda la portería a favor y Cristian aparentemente vencido, Manu Barreiro quiso hacerle un globo al argentino. Craso error ante el mejor arquero de la categoría. El salvador zaragocista le aguantó, le puso la mano y le dio tres puntos al Zaragoza. Porque en la siguiente jugada, en un córner botado por Pombo, Linares cabeceó y se la cedió a un Guitián que marcó el uno a dos a bocajarro. Qué bonito es el fútbol.

Tocaba defender. Para ello, Javi Ros volvió tras su lesión para fortalecer el centro del campo en detrimento de Pombo. Los últimos 20 minutos fueron de asedio gallego, ante una defensa zaragocista que fue capaz de resistir. El Zaragoza salió del Anxo Carro por primera vez en su historia con los tres puntos. Hasta eso ha cambiado con Víctor Fernández. El Real Zaragoza se lo cree, remonta y derriba viejas maldiciones.