Polémica actuación de de la Fuente Ramos en Son Moix
De la Fuente Ramos era el encargado de manejar el encuentro de la 31ª jornada en LaLiga 123. En ese partido, disputado en lunes, se enfrentaban el Real Mallorca y el Real Zaragoza en Son Moix. Pero los visitantes se han quejado de la actuación del colegiado castellano-leonés, debido a una rigurosa expulsión de Nieto en la segunda mitad, con el 1-0 en el luminoso, y por un posible fuera de juego en el tercer tanto bermellón.
Nieto, expulsado por doble amarilla
El lateral zurdo hoy para el Real Zaragoza, debido a que Víctor decidió que Lasure no viajará a la isla, Nieto, ha sido expulsado en el minuto 73 por doble amarilla.
El recién renovado como zaragocista veía la primera amarilla cinco minutos antes de llegar al descanso. En la segunda mitad se veía expuesto a que con cualquier falta, tanto la grada como los jugadores locales, reclamaran la segunda amarilla para Nieto.
Y al final, lo han conseguido. Un jugador bermellón se marchaba por la banda derecha en un contraataque, pero todavía en su campo. Nieto, le perseguía sin querer entrarle, pero un recorte del jugador mallorquín le ha obligado a hacer un amago de entrada, con el que ha caído el jugador local. El árbitro ha caído en esa especie de trampa, y finalmente le ha sacado una segunda amarilla muy rigurosa.
Los goles del Mallorca, otra polémica
El primero de los goles bermellones ha venido justo al filo del descanso. En la última jugada de la primera mitad, Lago Junior ha metido un balón delicioso al punto de penalti, al que ha llegado Raillo para abrir la lata. Pero el gol trae consigo polémica. El tiempo estaba sobrepasado por unos segundos, y es de lo que se han quejado varios jugadores blanquillos al retirarse a vestuarios.
Pasada ya la expulsión de Nieto y llegado ya el segundo tanto, que agotaba las escasas esperanzas blanquillas de remontada, Ariday anotaba el definitivo 3-0. Pero también hay polémica con este gol, porque cuando se produce el pase para el delantero, este parece estar adelantado, es decir, en fuera de juego, que el linier no ha visto.