La 'saudade' positiva del silencioso James
En Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria y la segunda de toda África, nacen al día miles de niños que sueñan con llegar a ser futbolista. Muchos lo intentan, pero no todos lo consiguen. James Igbekeme, en su infancia, fue uno de esos pequeños soñadores que correteaban por las calles de esta bulliciosa ciudad con el anhelo de llegar algún día a vestir la camiseta de grandes clubes europeos y, de esta forma, poder ayudar también a su familia a salir adelante. Tímido, siempre en segundo plano, refugiado en su núcleo más cercano, el menudo futbolista blanquillo disfruta de su aventura profesional más importante en Zaragoza.
El número '12' del Real Zaragoza no olvida y sigue teniendo presente como fueron sus inicios en el mundo del fútbol y cómo era de duro el abrirse paso en Nigeria."No es fácil ser futbolista en mi país ya que hay muchos jugadores que son buenos. Además existen muchas dificultades económicas en todos los ámbitos, pero me mantuve con esperanza, siempre trabajando duro. Recuerdo que me gustaba siempre jugar a fútbol y esas ganas me hacían pensar que con esfuerzo y sacrificio, las cosas iban a ir bien", explica James en una entrevista del club zaragocista.
Su primer club fue el All Star, allí comenzó dando sus primeros pasos como futbolista, más tarde daría se marcharía a una academia de fútbol donde seguiría mejorando hasta dar el salto a su primer club de fútbol profesional, el Lapa Golden Star. Este sería su último paso antes de aterrizar en Portugal, su primera escala en Europa, su primera salida de Nigeria. Un joven desubicado, cumpliendo el sueño de probar suerte en el fútbol y que cuando pasaba malos momentos cerraba los ojos y se retrotraía a esas carreras infantiles detrás de de un balón en la puerta de su casa. Era como una terapia.
Su madre, un apoyo incondicional
Uno de los grandes pilares de la vida de James Igbekeme es su familia: "Ellos fueron el mejor apoyo que podía soñar, especialmente el de mi madre, porque mi padre se marchó. Ella es el mayor apoyo que he tenido, siempre me ha ayudado más que nadie en el mundo. Estoy entusiasmado por tener una madre así. Eso me hace sentir que tengo que seguir trabajando de este modo, seguir creciendo y ganando dinero para hacerle las cosas más fáciles a mí y a toda mi familia".
Unas cosas que ya son más sencillas gracias a su fichaje por el Real Zaragoza: "Fue como un sueño hecho realidad porque siempre me imaginaba jugando en España. Fue un momento muy feliz cuando me dijo mi agente que había una oferta del Real Zaragoza. Estoy muy alegre por todo esto".
En Zaragoza también se recluye junto a los suyos. Apenas se deja ver por la ciudad y es muy discreto a la hora de ocupar su tiempo libre. Resulta curioso, que la llegada de Kagawa ha despertado el lado más 'sociable' de Igbekeme y desde que está el japonés se le ve más dicharachero en los entrenamientos.
Portugal, el primer reto en su carrera
Con tan sólo 19 años tuvo que abandonar su país para luchar por su sueño: jugar en los grandes clubes europeos. James pasaría por varios equipos lusos hasta que llegó finalmente a jugar en la Segunda división de Portugal.
"Cuando fui a Portugal sentí que mi carrera realmente había empezado, pero en Portugal no todo fue sencillo, creí y tomé conciencia de que no podía volver a Nigeria y que tenía que trabajar duro para que todo fuera mejor. El comienzo fue complicado pero coincidí con un grupo de futbolistas nigerianos que facilitaron la adaptación y sobre todo me ayudaron en los momentos en los que estaba triste al recordar que había dejado a mi familia atrás", expresa.
El primer equipo del nigeriano en el país luso fue el G. D Ribeirao que actualmente juega en la Liga Regional de Braga, más tarde, un equipo de Tercera división se fijaría en él y apostaría por su talento, el A.D Oliveirense. En 2017 debutaría en Segunda con el Gil Vicente, y tras su buena temporada, la dirección deportiva encabezada por Lalo Arantegui, convencidos de su calidad, decidirían hacerse con sus servicios.
El hobby 'oculto' de James
Todos los futbolistas tienen hobbys aparte del fútbol, muchos suelen ser otras actividades como: ir al cine, jugar a videojuegos etc. Pero la gran mayoría tiene un segundo deporte que le entusiasma. Kagawa disfruta con la NBA, por ejemplo, pero en este caso, James también tiene uno diferente y menos habitual. Nada más y nada menos que el tenis de mesa, el nigeriano disfruta practicando el ping pong en su tiempo libre y cuando puede.
El español, su tarea pendiente
Ya es la segunda temporada que lleva James Igbekeme en el Real Zaragoza y se le ve perfectamente adaptado al equipo y a la ciudad. Pero sin embargo, el idioma aún no lo controla, todavía habla en inglés y por eso apenas se le ve en rueda de prensa o zona mixta. El año pasado explicó que era lo que peor se le daba, pero que se iba a apuntar a una academia de español para conocer mejor el idioma. En el banquillo zaragocista tiene muchos aliados como Grippo, Kagawa o Dwamena que hablan el inglés, por lo que no es el único.