La gran noche de Kagawa
Llegaba el Real Madrid al estadio de La Romareda para un partido de ilusión en la grada y compromiso sobre el césped. Un encuentro que quedó marcado rápidamente por los tantos del equipo blanco, pero que sirvió para la reivindicación de alguno de los once que puso Víctor Fernández sobre el césped, muy especialmente de Shinji Kagawa.
El centrocampista japonés había recibido en la víspera el elogio del técnico visitante, Zinedine Zidane, que quiso destacar la figura de Kagawa. Más cerca de lo que se esperaba de él que de la realidad tangible de una primera vuelta un tanto gris, pareció que las palabras del francés servían como motivación para el astro nipón.
Quizá por encontrarse frente a un equipo de la talla del Real Madrid o simplemente porque era uno de los pocos jugadores que en alguna ocasión se había enfrentado al conjunto merengue, pero Shinji Kagawa acabó por cuajar el que posiblemente haya sido su mejor partido hasta la fecha como blanquillo. Desde el inició mostró jerarquía, queriendo el balón, sin esconderse, y buscando siempre la mejor opción. Añadió además a sus muestras de calidad el peligro de varios disparos desde la frontal que pusieron en apuros a Areola.
Kagawa, una esperanza para la segunda vuelta
Destacó además una muestra de poderío físico, dentro de sus capacidades, que no se le había visto hasta la fecha, aguantando los noventa minutos a un nivel notable. Tanto es así que en los últimos instantes de partido, incluso tuvo la posibilidad de asistir a Luis Suárez, que no acertó en la definición. En definitiva, frente al Real Madrid se vio la versión de Kagawa más cercana a lo que esperaba desde el principio La Romareda, una pieza que ha de ser importante para Víctor Fernández y que, de reiterar su rendimiento, bien podría convertirse en el mejor de los fichajes de invierno del Real Zaragoza.