Cuando ya solo importan los tres puntos
Tal y como están las cosas en el Real Zaragoza y en la zona baja de la tabla cualquier cosa que sea sumar tres puntos es positivo. Sea como sea. Porque el conjunto blanquillo dejó que desear en cuanto al juego, porque le regaló el balón tras el tempranero gol de Peybernes al Mirandés. Pero también perdonó varias ocasiones. Incluido un penalti ejecutado por Alegría al larguero. Pese a los nervios, tres puntos fundamentales. Como todos los que quedan.
28% de posesión, cuatro disparos, todos ellos entre los tres palos, y tres ocasiones de gol. Ese fue el Real Zaragoza durante los primeros 45 minutos. Un equipo que contó casi con más oportunidades de cara a puerta que con llegadas al área como tal y que, pese a verse sometido ante el juego del Mirandés, fue más incisivo en ataque que su rival y le llevó a marcharse con ventaja a los vestuarios.
Al inicio del partido, el gol se olía. Zapater culminó un buen contraataque que era repelido por Lizoain. Dos saques de esquina consecutivos iban a plasmar el peligro zaragocista. El primero, sacado por el capitán, se paseaba por el área tras rozarla un defensor. Y el segundo, puesta por Bermejo y peinada en el primer palo por Jair, acababa siendo introducida en la portería por la tripa de Peybernes. El central francés, que no había tenido continuidad desde su llegada, distendía la tensión del ambiente con un tempranero gol para los de JIM.
La diana no terminó de sentarse del todo bien al Real Zaragoza, más allá de la tranquilidad que da verse por delante en el luminoso. El Mirandés dio un paso adelante, obligado, y comenzó a llevar a los locales a las inmediaciones de Cristian. Iván Martín fue el primer en probar al meta con un disparo raso intencionado que era repelido por el argentino. Después, Víctor Gómez aprovechó las dudas de Chavarría en el despeje para intimidar al portero blanquillo con un chut que se marchaba por poco.
El Real Zaragoza quería el segundo antes del descanso
Esos intentos rojillos no iban a impedir que el conjunto blanquillo siguiera buscando las cosquillas a Lizoain. Seguía faltando tranquilidad con balón, pero el juego era más vertical que nunca. Vigaray, en una de sus galopadas, llegó a línea de fondo y cedió un balón perfecto a Zapater. El disparo era enviado a córner tras tocarla un defensa y el meta con la cara. Paradón.
Pero no se iba a quedar ahí la cosa. Eguaras, protagonizando una contra, no conseguía batir a Lizoain ya que prefirió disparar con el exterior de su pie derecho que con la pierna izquierda y su intento fue manso a las manos. El susto antes del descanso iba a llegar acompañado por un paradón de Cristian a Cristo, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego previo.
Tras el descanso, mismo guion
El Real Zaragoza seguía regalando el balón y viendo como el Mirandés, cómodamente, avanzaba hacia Cristian. Javi Muñoz, en dos ocasiones, intentó empatar con sendos disparos lejanos, pero sin fortuna. El partido pedía cambios para JIM pero hasta el 69 no movía ficha. Daba aire al medio del campo con el esperado regreso de Francho, que entraba por Zapater.
Perdonaba la sentencia Alegría desde los once metros
Fue entrar el canterano y todo cambió. Casi todo para bien. El Real Zaragoza comenzó a asomarse ante Lizoain y un disparo de Chavarría impactaba en la mano de Víctor Gómez. Era penalti claro, el defensor lo sabía y el VAR así se lo hizo saber a Trujillo Suárez. No era Narváez el elegido sino Alegría. El extremeño optaba por la potencia, pero su disparo se estrellaba en el larguero. Oportunidad perdida para el ariete, por lo que a los de JIM les tocaba seguir sufriendo en los últimos diez minutos.
El técnico alicantino volvía a mover ficha. Daba entrada a Azón y Sanabria, que también volvía tras lesión. Se iban al banquillo Alegría, triste tras fallar el penalti, y Bermejo, bastante desaparecido en combate.
Seguía perdonando el Real Zaragoza
Primero, Sanabria se anticipaba a un central e intentaba batir con una vaselina a Lizoain, que sacaba una buena mano. El rebote era para Francho, pero el meta volvía a tirar de valentía para alejar el peligro. Y después Chavarría, minutos después, a buen centro de Narváez desde la derecha, pero el portero del Mirandés volvía a aparecer para mantener el nerviosismo en el tramo final.
Al final, los nervios se convirtieron en esperanza y satisfacción. Tres puntos para el Real Zaragoza que saben genial. Porque ahora no importa nada más que ganar y sumar tres puntos cada jornada.
ME NIEGO A ESO DE QUE REGALO EL BALON,,,NO LO SABEN TENER ,,ESO HAY QUE ENTRENARLO,,,LO DE LOS PENALTIS NO TIENE EXCUSA NO SE METE UNO AUNQUE NO HAYA PORTERO,,SI TIENEN UN DELANTERO BUENO NOS GANAN EL PARTIDO,, EL RESULTADO EXTRAORDINARIO POR LO NECESARIO,,SIN MAS
Bufff !! Que sufrimiento. Ya no metemos ni los penaltis. Otro partido sufriendo. Ahora a Logroño, otro a sufrir y remar a remolque. Que diferencia con el Mirandés, jugando sin nervios y con chavales que saben a qué juegan.