La gran involución del Real Zaragoza
El Real Zaragoza puede disfrutar de la tranquilidad de haber completado el objetivo de la salvación con un par de jornadas de margen. Sin embargo, no cabe duda de que, en principio, el deseo del club y sus aficionados era el de volver a luchar por cotas mayores.
Las últimas temporadas en el conjunto aragonés se han convertido en el dibujo de una montaña rusa. Se alternan las campañas en las que el Real Zaragoza trata de conseguir el ascenso de categoría con aquellas en las que sufre por mantener la categoría. Y las dos últimas no son una excepción a esa norma.
El curso pasado, con Víctor Fernández en el banquillo y la pandemia de por medio, el club blanquillo luchó hasta el final por regresar a LaLiga Santander. Curiosamente, uno de los puntos fuertes de aquel equipo ha sido la debilidad del presente: el rendimiento lejos de La Romareda.
Y es que el Real Zaragoza ha pasado de ser el mejor visitante de la categoría, con 34 puntos cosechados, a un de los peores, con apenas 16 en esta temporada. Unos registros que no se habían visto en la categoría de plata, donde siempre se habían superado los 20 puntos, incluso en las peores de estas ocho temporadas. Registros para los que hay que viajar en el tiempo a las últimas campañas en Primera, eso sí, con dos partidos menos disputados.