La caricatura del Arsenal
La diferencia fundamental entre la Premier League y la liga española es el estilo de juego. El fútbol inglés sigue priorizando el aspecto físico y el juego aéreo, mientras que en el español, y más después de la era Guardiola, prima el fútbol de toque y calidad. Esa diferencia es palpable tanto si observamos a los equipos de arriba de ambas ligas, como a los que pelean por la permanencia.
Pero como en todo en la vida hay excepciones. En Inglaterra quizás solo dos. El estilo que proponen Arsenal y Swansea (Liverpool también pero no lo consigue) es diametralmente opuesto a lo que se estila en las islas. Son los dos equipos más ‘españolizados’. Curiosamente, sus jugadores más importantes nacieron en España.
Tanto Wenger como Laudrup tratan siempre de sacar la pelota jugada desde atrás, evitar el envío en larga y dan prioridad a la distribución de la medular. Con diferencias entre ellos, ya que el danés no es partidario de abusar excesivamente del toque en horizontal, pero apostando siempre por la posesión.
Por eso la desastrosa marcha del Arsenal llama tanto la atención. A Wenger le han dado todo lo que quería y le han puesto a sus órdenes al medio campo más talentoso que puede haber en la Premier League (Arteta, Wilshere y Cazorla). Con jugadores atrás de su plena confianza como Koscielny, Sagna o Vermaelen y con suficiente potencial arriba (Podolski, Giroud, Gervinho…) como para, al menos, estar todo el año cerca de los mejores.
Pues con esos argumentos, los gunners están tras 16 jornadas de liga séptimos en la Premier a 15 puntos del Manchester United (la liga, descartada), en octavos de la Champions como segundos (le superó el Shalke alemán) y eliminados de la Copa de la Liga a manos del Bradford City, equipo que milita en la League Two (cuarta división) de Inglaterra.
No solo eso, lo peor es que el equipo no funciona. Salvo chispazos de Cazorla, claramente el mejor del equipo, el Arsenal es un equipo sin alma, plano y que no intimida a los rivales. Se ha dejado puntos en el camino ante rivales de abajo como Sunderland, Norwich o Aston Villa, rematando con una bochornosa derrota en el Emirates ante el Swansea (0-2).
La solución parece complicada y da la sensación que es más mental que deportiva. Esa plantilla está más que capacitada para rendir al nivel de los mejores de la Premier pero ni está ni se le espera. Tanto que el debate sobre la continuidad de Wenger (una institución en el club) ha llegado a Londres. En España casi ningún club soportaría una crisis de resultados como ésta, pero en Inglaterra está por ver.
En cualquier caso, el crédito del técnico francés se agota por momentos. Con la misma rapidez que salieron los millones del club para fichar a sus estrellas. Quizás, un club como el Arsenal pueda permitirse una racha de resultados como esta pero nunca una sensación en el juego tan triste como la que está dando. El del Emirates es un público entendido y sabe que este Arsenal no es el suyo.
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