Una partida silenciosa de la Canarinha a Concepción para enfrentar a Paraguay
Sin batucada, ni gritos de aficionados, con las primeras horas de la noche, la selección brasileña abandonó su hotel de concentración en Santiago de con rumbo conocido, Concepción, pero sin futuro claro, pues el sábado se medirá con Paraguay en cuartos de final de la Copa América.El partido de eliminación directa, que hace incierta la suerte de la Canarinha y la Albirroja, quizá incidió a la hora de la despedida de los brasileños, que esta vez no tuvieron decenas de espectadores a la espera de fotografías y autógrafos.
El desfile rápido hacia el autobús de cada uno de los veintidós jugadores de la plantilla que orienta Dunga concentró más miradas en el delantero Roberto Firmino y el centrocampista Douglas Costa por el inesperado giro que deben tener sus carreras a partir de la Copa América.
Firmino ha cambiado al Hoffenheim, club alemán al que llegó hace cuatro años y medio procedente del Figueirense, por el Liverpol inglés.
Y Douglas Costa es visto muy cerca de la órbita del Bayern Múnich, con lo cual habrá acabado su experiencia en el Shakhtar Donetsk ucraniano.
Las versiones de estos traspasos han contrastado con el trabajo a puerta cerrada que hoy cumplió el equipo de Dunga para ajustar los detalles para el crucial encuentro con Paraguay.
Robinho es tenido como el candidato ratificado para quedarse con la plaza de Neymar, en tanto que se esperan movimientos tácticos importantes para contrarrestar el poder ofensivo de la Albirroja.
El espigado David Luiz, quien en su última etapa en el Chelsea se desempeñó como mediocentro, es considerado como refuerzo en ese sector para trabajar en sociedad con Fernandinho, metros adelante de los zagueros Thiago Silva y Miranda.
hbr ag