Szymanowski, la chispa del Leganés
El Leganés atraviesa un gran momento de forma que le ha permitido alcanzar los puestos de playoff de ascenso a la Liga BBVA y seguir vivo en la Copa del Rey ante el Granada. En todo ello tiene mucho que ver un futbolista cuyos regates son casi tan complejos como su apellido.Alexander Szymanowski (Buenos Aires, 1988) decidió en sus comienzos ponerse en la camiseta el nombre de pila para evitarle una problemática al mundo del fútbol, pero con sus méritos sobre el verde ha logrado ya que todo el mundo se familiarice con su apellido de origen polaco. Raíces diversas para quien se siente ante todo de España, el país donde aterrizó joven para jugar en las canteras del Real Madrid y el Atlético.
Merengues y colchoneros ayudaron en su formación pero en realidad este extremo habilidoso, veloz equilibrista en la línea de fondo capaz de hacer saltar un partido por los aires con una aparición, es producto del fútbol madrileño en su contexto más amplio.
Durante su fase de crecimiento quedaron marcados el oeste y el noreste, el Rayo Majadahonda y el Alcobendas respectivamente. También el balompié de barrio que lleva inherente un clásico como es el Adarve.
Ya como profesional recaló en el San Sebastián de los Reyes y posteriormente en la zona occidental defendiendo los intereses del Alcalá, el club donde llamaría la atención de la categoría superior. Entre medias, dos experiencias en el Antequera y el Jumilla que le permitieron ampliar sus miras.
Le faltaba pues el sur capitalino pero completar los puntos cardinales requirió un rodeo provechoso que le hizo madurar. El Recreativo de Huelva le abrió las puertas de la división de plata y en ella irrumpió de manera sorprendente.
Szymanowski entonó el 'Veni, vidi, vici' asociándose con Chuli y con la misma velocidad con la que desbordaba a los zagueros se volatilizó dejando una sensación de espejismo en el ambiente. Se lo había llevado del Brondby danés ante el desconcierto de todos los interesados.
Para él suponía la oportunidad de viajar al extranjero e intentar catar las mieles europeas pero la búsqueda del progreso no siempre trae la felicidad: "Aunque la afición de Brondby también era muy especial, hacer lo que a uno le gusta y poder hacerlo cerca de tu gente y en la ciudad en la que uno se siente es bonito".
Ese fue el motivo que le impulsó a volver cuando todos parecían haberle olvidado. Compitieron por él en verano Almería y Leganés. Al final el corazón puso de su parte en la decisión. Le esperaba en casa su familia. Incluida su hermana, también futbolista en el Rayo Vallecano.
Con sus goles y su clase, muchos ya le ven apuntando más arriba. Él y su entrenador, Asier Garitano, prefieren ser cautos: "Dice que me faltan muchas cosas, coincido con él. Dice que me falta juego en equipo, juego combinativo".
"Lo trabajamos, estamos en esa dinámica y entreno diariamente para convencerle no solo con estadísticas sino también con juego y con eso que él echa en falta de mí. Esperemos que a final de temporada de convenza", indicó en zona mixta tras marcar el gol de la victoria contra el Nástic el pasado fin de semana.
Asimismo se muestra optimista con la opción de que el plantel acabe la campaña entre los punteros: "Entrenamos y jugamos cada fin de semana con esa idea. El objetivo no es ese pero yo en lo personal voy creyendo todos los días que a final de temporada lucharemos por algo y por algo no es por no descender, eso sería de poco ambicioso. Es poder estar con los mejores. Ojalá así sea".
