Dimisión del gobernador de Tokio supone un nuevo bache para los JJOO de 2020
La dimisión del gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe, por el escándalo de uso inapropiado de fondos públicos supone un nuevo bache de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, según admitió este miércoles la organización del evento deportivo.La renuncia presentada hoy por Masuzoe se suma a lista de problemas que han surgido en el camino hacia la cita olímpica, tras la modificación del diseño del estadio, las acusaciones de plagio por el logo y la investigación de la candidatura tokiota por presuntos sobornos.
El escándalo protagonizado por el gobernador de la capital y su dimisión "no presentan una buena imagen" sobre Tokio 2020, según dijo hoy Yuko Arakida, uno de los miembros del comité organizador, en declaraciones a los medios nipones.
Masuzoe, en el cargo desde 2014, ha decidido dimitir ante la presión creciente en su contra de todos los partidos y de la opinión pública por sus gastos excesivos durante viajes al extranjero y otros usos desorbitados de fondos públicos con fines personales.
Arakida lamentó la dimisión del gobernador puesto que éste "tenía un vínculo emocional con los Juegos y aspiraba a convertirlos en un éxito", y señaló que su dominio de lenguas extranjeras y sus "habilidades sociales" permitió estrechar lazos con el Comité Olímpico Internacional (COI).
Bajo el liderazgo de Masuzoe, el Gobierno del Área Metropolitana de la capital decidió junto al comité de organización de Tokio 2020 desechar el proyecto original para la construcción del nuevo estadio olímpico, tras dispararse su coste hasta duplicar la cantidad inicialmente presupuestada.
El gobernador, cuya dimisión se hará efectiva el próximo día 21, tenía previsto asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río en agosto en representación de Tokio 2020, así como participar en otros actos entre los organizadores de ambas citas olímpicas.
Se espera que las elecciones al nuevo gobernador de Tokio tengan lugar entre el 31 de julio y el 7 de agosto, con lo que no está garantizado que la capital nipona vaya a contar con representación oficial en Río de Janeiro.
Su predecesor en el cargo, Naoki Inose, también dimitió a finales de 2013 -el mismo año en que el COI eligió a Tokio como sede para los JJOO de 2020- debido a otro escándalo por haber recibido fondos a título personal por parte de un grupo sanitario.
Asimismo, el proceso de elección de la capital nipona está siendo investigado por la fiscalía francesa, tras descubrir unos pagos por valor de unos 2 millones de dólares (1,76 millones de euros) presuntamente realizados por el entorno de la candidatura de Tokio a una cuenta opaca vinculada al Comité Olímpico Internacional.
