Un crisol de culturas y nacionalidades llamado Granada

¿Cómo es trabajar en un vestuario en el que se habla español, esloveno, árabe, hebreo o ucraniano? La respuesta la tiene el reformado Granada de Paco Jémez, con uno de los grupos más heterogéneos de la historia de la Liga.  

 
La ciudad de Granada ha sido un crisol de culturas durante toda su historia. La capital del reino nazarí estuvo bajo dominio musulmán hasta el final de la Reconquista en 1492, cuando pasó a manos cristianas.
Durante todo este tiempo, hasta la época actual, los fenómenos migratorios han dado lugar a una ciudad en la que conviven personas de distintas procedencias, como se puede comprobar en el barrio del Albaicín.
Esa convivencia de culturas se refleja también en el Granada CF, que en su sexto año consecutivo en Primera División posee el récord de nacionalidades distintas con 14, de los 17 extranjeros que poblan la primera plantilla del equipo andaluz.
Cuatro continentes para formar un equipo prácticamente nuevo, ya que sólo 9 jugadores permanecen desde la pasada temporada, en la que el Granada consiguió la salvación en la penúltima jornada al vencer en Sevilla 1-4.
La llegada de Paco Jémez y su filosofía de juego ofensivo de posesión por encima de todo lo demás y el cambio de propietarios del conjunto rojiblanco han traído una revolución que se ha notado en todos los estamentos del club.
Se acabó la etapa de la familia Pozzo, con ese trasvase incluido de jugadores entre Watford, Udinese y el propio Granada. Jugadores clave como El Arabi, Success o Peñaranda se han marchado a estos dos clubes tras la venta a un conglomerado chino, el último capítulo de un acuerdo que permitió tener en Granada a jugadores históricos para el club como Nyom o Ighalo, además de los ya mencionados.
Estas salidas, sumadas a las ventas millonarias de Rochina y John Córdoba y las rescisiones de contrato de varios futbolistas, han dejado un plantel nuevo al que Jémez tratará de dar forma. Las cesiones han sido la forma más habitual de captar jugadores, hasta 13, de algunos jóvenes procedentes de los principales clubes de Europa:
Samper (Barcelona), Boga y Angban (Chelsea), Toral (Arsenal), Gastón Silva (Torino), Ponce (Roma), Kravets (Dinamo de Kiev), Andreas Pereira (Manchester United), Ochoa (Málaga), Rubén Vezo (Valencia), Alberto Bueno (Oporto) y Tabanou (Swansea) son los jugadores que han llegado a préstamo a Granada.
A ellos hay que sumarle la firma de Tito y Saunier como agentes libres y los traspasos por Omer Atzili (Beitar Jerusalén) y Carcela-González (Benfica). Con estos jugadores, sumados a los jugadores que ya estaban en la plantilla, se completan 17 nacionalidades que podrían ser 18 si José Angulo no hubiera dado positivo por cocaína poco antes del cierre de fichajes.
El que se preveía como delantero estrella del equipo andaluz, tras su gran Libertadores en la que metió al Independiente del Valle en la final, vio truncado su traspaso al club por este positivo, producido aún durante su etapa en Ecuador.

El movimiento de jugadores nos ha dejado situaciones tan curiosas como los once fichajes que terminaron jugando juntos el partido ante el Eibar. De los titulares en ese partido, sólo Uche Agbo estuvo en el club la pasada temporada. Esos once jugadores provenían de 9 países, que llegan a 11 con las entradas de Carcela-González y Kravets.
España, México, Croacia, Uruguay, Nigeria, Brasil, Francia, Portugal, Israel, Marruecos, Eslovenia, Costa de Marfil, Argentina y Ucrania tendrán representación en el Granada esta temporada. Estas 14 nacionalidades superan las 13 del Betis o las 12 del Atlético de Madrid, club que iguala el registro del Granada de extranjeros en la primera plantilla con 17.
Francia (Boga, Tabanou, Saunier y Foulquier) y Brasil (Gabriel Silva y Pereira) son los dos únicos países con más de un jugador. Estas cifras se amplían si contamos a los cedidos Sergio Peña (Perú), Cristian Bravo (Chile) y Darwin Machís (Venezuela) y a los miembros del Granada B. En el filial nazarí juegan actualmente 18 extranjeros, con representantes de Gambia, Mali, Ecuador, Colombia, Polonia, Camerún y Serbia.
Medio mundo en un equipo en el que para ver al primer jugador extranjero tenemos que remontarnos a los años 30, con el portero húngaro Jannos Buzzasy. Durante los 6 años desde el último ascenso en 2011 ha sido habitual ver un Granada repleto de jugadores foráneos. La cifra ha aumentado desde los 13 de la 2011/12 hasta los 20 de la pasada temporada, contando los jugadores que entraron y salieron en un movido mercado de fichajes invernal.
Curiosamente, los entrenadores siempre han sido españoles durante todos estos años, desde Fabri, héroe de los ascensos a Segunda y Primera hasta el actual inquilino del banquillo del Nuevo Los Cármenes, Paco Jémez.

El objetivo con todos estos mimbres no puede ser otro que la salvación, intentando no pasar los apuros habituales de los últimos años. De las cinco temporadas consecutivas en Primera, en 3 de ellas el Granada ha conseguido la salvación en la última jornada, dos de ellas jugando además contra rivales directos.
Los apuros de última hora llegan incluso al mercado de fichajes, ya que, de los 17 fichajes que ha realizado la secretaría técnica granadista, 8 llegaron en la última semana y 5 el día que se cerraba el plazo para inscribir jugadores. El más difícil todavía para un Paco Jémez que ya se acostumbró en el Rayo a tener plantillas nuevas cada verano, aunque no tan diversas como la que posee el Granada en esta 2016/17.