Una alpinista marroquí desafía a su sociedad y a las Siete Cumbres
La alpinista marroquí Bouchra Baibanou, de 48 años de edad, desafía a la cultura conservadora de su sociedad e intenta ser la primera mujer de su país que complete las Siete Cumbres, las montañas más altas de cada continente.Mohamed Siali
En una entrevista concedida a Efe, la alpinista explicó que en 2011 comenzó ese proyecto, y por el momento culminó el ascenso de cinco de las siete cumbres: sólo le faltan las de Everest en el Himalaya y la de Macizo Vinson, en la Antártida.
Baibanou, ingeniera de telecomunicaciones y madre de una hija, explicó que rechazó someterse a las costumbres tradicionales de su sociedad que limitan el papel de la mujer a las tareas de casa y a la educación de los niños.
"He dicho NO. Yo también tengo el derecho de soñar, y como mujer puedo realizar mis sueños. Cuando insistí e impuse mi voluntad, he encontrado el apoyo del marido, de la familia y de los amigos", dijo, aunque reconoció que al principio la tarea no fue fácil.
La alpinista descubrió su afición al montañismo a los 15 años, durante una excursión estival en la zona montañosa de Azru, en el Medio Atlas marroquí, y a los 20 años de edad escaló el monte Tubkal (4167 metros), el pico más alto de Marruecos y de todo el norte de África.
En 2014, Baibanou tocó el techo argentino al escalar el monte Aconcagua (6962 metros) en un segundo intentó tras su fracaso en el primero a causa de un temporal; dos años más tarde, culminó el pico del monte Jaya, en la isla de Nueva Guinea, el más alto de Oceanía.
Actualmente, Baibanou se prepara para escalar el mes que viene la montaña de Everest, y para hacerlo necesita dos meses de ejercicios y un presupuesto de alrededor de 80.000 dólares (unos 76.000 euros).
Explicó que el material que requiere ese deporte, los entrenamientos, los viajes y el alojamiento son caros y consigue la financiación a través de patrocinadores publicitarios, aunque subrayó que al principio de su carrera ella se financió con su propio dinero.
La alpinista explicó que además de la parte deportiva, el montañismo es un ejercicio ético y cultural.
"La montaña te enseña muchas cosas. Aprendí a ser sobria y a apreciar lo que tengo, porque la vida en la montaña durante un mes, por ejemplo, es difícil: a veces no encontramos ni el agua y tenemos que descongelar la nieve para beber", dijo.
Asimismo, explicó que ese deporte la enseñó ser tolerante y superar los prejuicios gracias a sus encuentros con personas de deferentes países, religiones, colores y sexos.
"Al vivir en la montaña en condiciones difíciles, colaboramos entre nosotros, así seas musulmán o cristiano, blanco o negro, hombre o mujer. Desaparecen esas diferencias imaginarias y compartimos todos nuestra humanidad".
La deportista atesora muchos recuerdos de sus múltiples aventuras, como los encuentros "maravillosos y fructíferos" con las tribus en el monte Jaya, que conservan sus hábitos tradicionales.
El año pasado, el rey Mohamed VI condecoró a Baibanou con la medalla de honor, pero no goza de ningún apoyo financiero de la parte de la Federación marroquí de Esquí y Deportes de Montaña, de la que forma parte.