Los deportistas jóvenes prestan poca atención al riesgo de SIDA según experto
Los jóvenes que practican deporte en la actualidad presentan poca atención a los riesgos de contagio del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), según el doctor Salvador Barberá, quien ha comparado la relación entre deportistas y SIDA que se da ahora con la que había hace veinticinco años.A finales de 1991, con los Juegos Olímpicos de Barcelona a pocos meses de su inicio y con el impacto del contagio por parte del jugador de la NBA Erwin 'Magic' Johnson, Barberá publicó un estudio titulado "SIDA y deporte".
Cuando se acerca la conmemoración del veinticinco aniversario de aquellos Juegos, este psicólogo considera que gran parte de las conclusiones de aquel trabajo todavía tienen vigencia.
"El virus del VIH sigue presente en la actualidad, y precisamente los jóvenes son el grupo social más vulnerable a la infección, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2015 unos 2.500 adolescentes de entre 10 y 19 años contraían la enfermedad cada día, y unos dos millones convivían con ella en el mundo", señaló Barberá en declaraciones a EFE.
Para el experto, la principal diferencia entre la situación de hace un cuarto de siglo y la actual es que el SIDA "ha dejado de ser una sentencia de muerte" y que ya no se vive la sensación de impacto y perplejidad que entonces produjeron historias como la de 'Magic' Johnson.
Recordó que al caso de Johnson sucedieron el del tenista Arthur Ashe, fallecido en 1993, o el del saltador de trampolín Greg Louganis, que se golpeó la cabeza en una piscina y sangró abundantemente en el agua antes de que se conociera su infección.
Su idea fundamental a principio de los noventa apuntaba a que el ambiente deportivo era de alto riesgo para la propagación de la enfermedad por la mentalidad de los deportistas, su desinformación y la falta de prevención.
"Al ser personas saludables y en buen estado físico, pensaban que era imposible que se contagiaran", afirmó el especialista.
Las conclusiones que entonces obtuvo partían de una encuesta que, en el caso de repetirse ahora, daría, según Barberá, unos resultados "similares o peores", ya que actualmente y debido a la atención sanitaria y los fármacos específicos, la gente "ha perdido el miedo" y afronta el riesgo "con cierta irresponsabilidad".
Aquella encuesta, elaborada para ser incluida en una tesis doctoral, se realizó entre atletas y jugadores de rugby, fútbol, balonmano y baloncesto de elite de la Comunitat Valenciana.
Respecto al SIDA, insistió en que deben mantenerse las medidas de precaución, tal y como aconsejan los organismos internacionales en el ámbito del correcto uso de guantes, jeringuillas o máquinas de afeitar, así como en el contacto sanguíneo y en el tratamiento de las heridas.
"La posibilidad teórica de contagio se mantiene", insistió Barberá, quien no se pronunció sobre si los jóvenes deportistas son especialmente promiscuos, aunque ofreció el dato publicado por The Guardian de que durante los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro se usaron 42 preservativos por atleta.
"A partir de Seúl 88 se permitió la entrada del látex en la cita olímpica y ahora, el número de condones al servicio de los atletas sugiere que la reputación de la Villa Olímpica como semillero de actividad sexual es merecida", indicó.
"En la actualidad, el mayor riesgo de que se contraiga una infección por un patógeno hemático ya no se da en el terreno deportivo, sino en el de su actividad sexual o en el consumo de drogas por vía parenteral, ya que la hepatitis B y la hepatitis C se contagian por las mismas vías que el VIH", agregó.
Destacó finalmente que en la actualidad han aparecido nuevos riesgos en el entorno del Zika, "cuyos efectos secundarios todavía están en estudio" y del que se sabe que su transmisión vírica puede influir en el rendimiento de los atletas.