Stu Bannatyne, 'Rey del Océano Austral', ante el desafío de la tercera etapa

A sus 46 años, el neozelandés Sty Bannatyne, tripulante del 'Dongfeng' franco-chino, es el hombre récord de esta edición de la Volvo Ocean Race ya que cumple su octava participación en la prueba, en la que se ha proclamado vencedor en tres ediciones.La tercera etapa de esta edición entre Ciudad del Cabo y Melbourne (Australia), que comienza el domingo, es la primera que se adentra en el Océano Austral y Bannatyne, conocido como el 'Rey del Océano Austral' después de pasar gran parte de las últimas dos décadas navegando por él, admite que es adicto a la atracción que ejerce para un regatista la zona de navegación más remota del planeta.
"La mejor navegación del mundo es sumergiéndose en el Océano Austral. Vale la pena regresar solo para disfrutar esos días de navegación a favor del viento a toda velocidad", reconoce el neozelandés
"Son aguas frías, dinámicas e impredecibles que se forman en la parte inferior del planeta, sin obstáculos de tierra y generando vientos de hasta 70 nudos (130 km/h); esta área del planeta presenta peligros únicos y formidables para la flota", añade.
En las primeras ediciones de la carrera, en los años 70 y 80, los regatistas navegaban hacia el sur lo más lejos posible, por debajo de los 60ºSur, tan cerca de la Antártida como se atrevían, con el fin de reducir la distancia vital del recorrido de las etapas.
Inevitablemente, eso significó tener que negociar con icebergs y, lo que es peor, con los 'growlers', icebergs más pequeños y más difíciles de detectar, lo que hace que el Océano Antártico sea un elemento decisivo en términos de riesgo.
En esta edición, la organización ya ha fijado una Zona de Exclusión de Hielo Antártico en la Etapa 3. Esto se produce porque los VO65 (monocascos de 19,85 metros de eslora) actuales son mucho más rápidos que los de épocas anteriores de la Volvo Ocean Race y golpean el hielo a velocidades tres veces superiores y esto tendría resultados catastróficos.
El objetivo de los patrones y navegantes es utilizar los datos meteorológicos a su disposición para encontrar los sistemas de bajas presiones y permaneciendo justo en el extremo superior de la zona de peligro.
Con tormentas con la fuerza de un huracán, incluso si los barcos no encuentran hielo, las carreras en el Océano Austral continúan siendo un gran desafío. En la tercer etapa solo a mitad de recorrido, longitud 70ªEste se baja de la latitud 50ºSur (50ª30) y al final de etapa la zona de exclusión estará en los 50ºSur.