Un partido de fútbol aflora la tensión política entre Francia y Córcega
Un partido de fútbol, el que disputó el Ajaccio, club con sede en la capital de Córcega, y el Le Havre, ha servido para aflorar las fuertes tensiones políticas entre la Francia continental y la isla de Córcega, gobernada por nacionalistas.La tensa eliminatoria del pasado domingo puso encima de la mesa viejos demonios de la relación entre París y Ajaccio: hubo acusaciones de racismo, formuladas por el lado del Le Havre (norte de Francia), y otras de "odio contra lo corso", expresadas por el propio gobierno regional de Córcega, apoyado por una coalición de autonomistas e independentistas.
El Ejecutivo central también se inmiscuyó a través de su primer ministro, Edouard Philippe, quien se reconoció impactado por "la violencia y brutalidad" mostrada contra los jugadores del Le Havre, ciudad de la que el actual mandatario fue alcalde entre 2010 y 2017.
Al debate también se han unido dos de los principales periódicos franceses, "Le Monde" y "Libération".
Ambas cabeceras lamentaron hoy en sendas columnas de opinión las consecuencias de esa accidentada eliminatoria de acceso a primera división que se tuvo que disputar el domingo pasado porque el viernes, cuando estaba programado el choque, unos graves incidentes en Ajaccio lo impidieron.
Especialmente crítico fue "Le Monde" (centro-izquierda), que acusó al Ejecutivo regional corso de "victimismo" y de desentenderse de los insultos xenófobos contra los jugadores de "Le Havre" -hinchas del Ajaccio les llamaron "franceses de mierda"- y del apedreamiento contra el autobús del club de la Normandía.
Aunque la victoria en penaltis fue para el Ajaccio, que peleará por subir a primera ante el Toulouse (ida esta noche y vuelta el 27 de mayo), los ánimos también estaban muy encendidos en la isla mediterránea.
El líder del Ejecutivo corso, el autonomista Gilles Simeoni, denunció "un clima de histeria anti-corsa" fomentada por altas instancias del Estado.
Más incisivo fue el presidente de la Asamblea, el independentista Jean-Guy Talamoni, uno de los pocos líderes políticos europeos que reconoció la declaración unilateral de independencia aprobada por el Parlamento de Cataluña el pasado 10 de octubre e invalidada por el Tribunal Constitucional español.
En un comunicado, Talamoni anunció que recurrirá al Tribunal de Derechos Humanos para denunciar una oleada "racista" contra los corsos que ha aflorado con todas sus fuerzas en un partido de fútbol.
El gobierno central de Emmanuel Macron y el regional de Córcega han atravesado periodos de tensión en los últimos meses.
Los nacionalistas de la isla, que vencieron las elecciones del pasado diciembre, han reprobado a París por no concederles más autonomía en temas tributarios y de lengua.
Las relaciones entre París y Córcega, que cuenta con apenas 325.000 habitantes y una renta per cápita inferior a la media francesa, han sido históricamente tensas, especialmente en los años 90, cuando el brazo armado del Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC) cometió varios atentados.
