[Review] El Ministerio del tiempo 1x04: "Una negociación a tiempo"
El cuarto episodio de esta primera temporada es un episodio arriesgado. ¿Por qué es arriesgado? Porque se atreve a zanjar uno de los principales misterios de la serie en un momento tan temprano de la temporada, sin siquiera avisar al espectador y dando la sorpresa poco a poco. Una negociación a tiempo ha sido un episodio redondo además de por el riesgo, por el virtuosismo técnico de utilizar un recurso como es el de la repetición.
El argumento histórico de esta semana no resuelve ninguna gran pregunta histórica como en los episodios anteriores sino que indaga en los propios inicios del Ministerio. Viajamos por tanto a los años de la Reconquista de los Reyes Católicos. Uno de los herederos del hombre que creó las puertas, reclama siglos después una indemnización por la potestad del Ministerio. Esta situación pone al límite a la organización ya que si no cumplen con los términos, la amenaza de exponer el secreto de las puertas saldrá a la luz.
Este detonante será la excusa para dar lugar al leitmotiv del capítulo: a situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Tanto el Ministerio como la patrulla de Amelia así como Amelia y Ernesto tendrán que solventar sus problemas in extremis.
El Ministerio opta por una decisión vital y que nos rememora a la duda que dejó sembrada Lola Mendieta la semana pasada ¿por qué no se cambia la Historia para bien si se tiene el poder de hacerlo? El Ministerio tiene como lema no alterarla, sin embargo, tendrá que hacerlo para su propia supervivencia lo que hace que el propio grupo formado por Amelia, Julian y Alonso tengan ciertos momentos de duda.
Debiendo de salvar a Abraham Levi, el hombre que les dio la oportunidad a los Reyes Católicos de acceder a las puertas, nuestros protagonistas entran en el único sitio donde la Historia está en bucle, es decir, se vive el mismo día cada vez que cruzas el umbral de sus puertas. Una y otra vez, revivimos la misma escena aunque con cambios muy sutiles lo que provoca que las bromas a pesar de ser repetitivas, no se te hagan repetitivas. Con una dirección impecable, el Ministerio del Tiempo juega a ser El día de la marmota consiguiendo salir indemne de tan difícil recurso estilístico.
Sin embargo, no es solo la historia del Ministerio de lo que se trata aquí. Como se ha dicho anteriormente, Amelia también tiene que solucionar un problema acudiendo a una solución “cogida con pinzas”. Por fin, después de que a algunos nos surgiera la duda de cómo alterna su doble vida, se nos presenta una situación peliaguda: el descubrimiento de su identidad como agente del Ministerio. Dicho descubrimiento es hábilmente saldado por un conveniente malentendido aunque pone a la chica contra las cuerdas: el problema de encontrar marido.
Asustada tras mentir a sus progenitores, Amelia tiene que encontrar una alternativa viable para poder salirse por la tangente. ¿Solución? Hacer pasar a Julián por su pretendiente. Los momentos de Julián y Amelia, llenos de ternura y torpeza, se mezclan perfectamente con el humor y la crítica que se extrae de la ignorancia de Julián frente a situaciones históricas contemporáneas de Amelia. Es resaltable que pese a la posibilidad de desarrollar una relación facilona y casi que previsible entre los dos, la serie pasa de largo respecto a este tema y se centra en lo verdaderamente importante.
¿Qué es es lo verdaderamente importante en este episodio? Pues a pesar de que lo que pueda parecer, que el Ministerio altere la Historia no es relevante. Lo relevante es la identidad de Ernesto. Como se puede comprobar, los temas de A) la desesperación ante la pérdida de control sobre las situaciones y B) mantener la identidad oculta, también se proyectan en Ernesto. El riesgo de la serie, tal y como se decía antes, está en la revelación de su época histórica, una de las cosas que más intrigados tenía a los espectadores.
Durante todo el tiempo, se mantiene la duda de ¿qué relación tiene este personaje con Torquemada, el fundador de la Inquisición y personaje histórico del 1x04? La confrontación de él a su pasado y su oscuro secreto y cómo se desenvuelve me parece un trabajo de guión muy notorio así como el espléndido trabajo de Juan Gea quien interpreta tanto a Pedro Fernández de Torquemada -AKA Ernesto- y a Tomás de Torquemada de forma excepcional, llena de matices y muy creíble.
Por último y como colofón a esta review, me parece un acierto y un guiño entrañable al trabajo de Olivares la colaboración de Michelle Jenner como Isabel La Católica y la meta referencia y bromas entre ella y Rodolfo Sancho, quien interpretase a Fernando.