[Review] Juego de Tronos 5x08: "Casa Austera"

¿Y si os digo que la definitiva unión de Tyrion y Dany se queda en agua de borrajas comparado con los últimos veinte minutos del episodio de Juego de Tronos? Un octavo con sabor a noveno, con todo lo que ello conlleva de inesperado, de sorprendente y de premonitorio porque la guerra se ha adelantado a lo previsto y ha dejado mucho que contar, que analizar y que disfrutar después de un constante "me gusta, pero no ha pasado nada en esta temporada". ¡Zasca!

Me voy a obligar a comenzar por el principio y ya llegaremos a lo que quiera que sea ese destrozo maravilloso del Norte, qué maravilla, qué ojos azules, belleza sin igual.

Dany y Tyrion, Lannister y Targaryen juntos, casi revueltos. Es fácil dejarse llevar con los discursos del enano y más cuando tienes que convencer a toda una Madre de los Dragones y el pequeño león lo consigue en sólo cinco minutos. De la muerte a consejero real, del por qué estás aquí al dime qué hacemos. Sin duda las dos escenas que protagonizan juntos hace que la atención se multiplique en pantalla, porque sólo con verlos unidos estalla la acción.

El trasfondo es el cómo gobernar, el si matar o no a Jorah, el por qué has venido hasta aquí, el si confiar o no en Varys y sus arañas...nada, todo Juego de Tronos se eleva en ELLOS DOS. Pero el que eleva su discurso y se come la pantalla es Dinklage, que en el discurso para ganarse a la Khaleesi reconocer haber matado a su madre y a su padre (y excepcional la banda sonora en este inicio de Djawadi).

Dany decide salvar a Jorah Mormont gracias al consejo de Tyrion: "Él está enamorado de ti" le dice el Lannister para excusar la traición de Jorah.Ante la afirmación, Daenerys cuida su presente como reina y expulsa de la ciudad al que fuera su guardián, que sin olvidar su pasado y el que será su futuro más reciente (ese antebrazo ya da yuyu), decide volver a eregirse como gladiador para combatir a escondidas por "su reina". Sir Jorah vuelve a los gladiadores para salvarse con un "déjame luchar por ella y seré tuyo", para así volver a la arena. ¿Tramará algo más allá de reencontrarse con su reina?

Con algo más de confianza, Daenerys y Tyrion vuelven a hablar, oro puro en pantalla. Todo es un sacrificio para el espectador, ambos están salvados, se saben en el mismo bando y la desconfianza se anula por instantes, el Lannister está cómodo y en su salsa.

Daenerys: "Soy terrible"
Tyrion: "He venido a descubrir qué tipo de reina terrible eres...Y Varys es el único hombre en el mundo en el que confío. Quizás en mi hermano también. Él me ha convencido de que quizás merezca la pena vivir por ti".
Daenerys: "No voy a matarte"
Tyrion: "No vas a matarme, ¿ni a castigarme?"
Daenerys: "Vas a aconsejarme...I'm gonna to break the wheel".

Los apoyos en Poniente son el punto débil de Daenerys y lo solventa muy bien la amueblada cabeza del Lannister. De verdad, quiero ver el episodio de nuevo, hay demasiada información en sus dos escenas, necesito más, ¡el noveno entero para ellos. Y bueno, para alguna guerra...más.

En Desembarco Cersei está desesperada. La reina es forzada a confesar sus pecados ante la Fe, pero resiste a pesar de mantenerse sin comer. Pycelle ha huido, Tommen no le visita y la reina no puede más que arrastrarse entre agua arrojada para lamer su propio pasado, ese que pensaba nunca le destrozaría. Llora, se mantiene firme en presencia de, pero se descompone en la soledad.

Pinceladas de las hermanas Stark

Empezamos a olvidar quién es Arya Stark conociendo a Lana, la nueva asesina de Braavos. La transformación se esboza en La Casa de Blanco y Negro, lejos de las calles, sin ir más lejos de lo que el imaginario flash forward nos cuenta, que no es otra cosa que su primera misió como asesina. Sí, envenvena ostras, cambia su identidad y su 'look', pero sigue siendo ella.

Niña abandonada: "Ella no está preparada"
Haghar: "Quizás sí, quizás no"

En Invernalia Sansa sigue siendo gris, en todos sus aspectos. Ante un Theon que sigue negando su identidad, Sansa le cuestiona el por qué lecontó su intento de escapada a Ramsay Bolton.

Hediondo/Theon: "Querías escapar y aquí no hay salida, él lo sabe todo."

Pero cuando está lejos del bastardo Sansa vuelve a tener la mirada fría y calculadora con la que acompañaba a Meñique. Se le ve sufrir, pero cambia su gesto en un intento constante de huir de su propia casa y así presiona a Theon para exigir una verdad que despierta en Sansa una sorpresa ante el "no pude encontrar a Bran y a Reckon".

Nuevo camino, Theon es más Theon pero sin dejar de ser Hediondo. Ha desvelado un secreto importantísimo para la pelirroja, mientras que los Bolton preparan su defensa/ataque ante la posible llegada de Stannis. War is coming.  Roose Bolton quiere esperar a un Stannis que según él va a quedarse sin comida e inundado en el frío de Invernalia, mientras que el astuto heredero prefiere atacar por sorpresa. ¿Guerra en el noveno?

Ramsay: "No necesito un ejército (para atacar), necesito veinte hombres buenos".

En el Muro podríamos decir que llega el prólogo con una bonita y necesaria conversación de Sam Tarly con el más joven de la Guardia de laNoche. El joven al que mimaba Snow critica a Jon porque va en busca de los salvajes que en su día mataron a su familia y a toda su aldea y Tarly lo tranquiliza.

El ueno de Sam siempre sabe apañárselas para buscar una buena respuesta en una situación complicada: "Jon está tomando un riesgo, pero tiene que hacerlo. A veces un hombre tiene que tomar decisiones duras". Nada como un buen discurso sobre Jon Snow para que la acción y los mejores veinte minutos de la temporada recaigan sobre él.

Más allá del Muro, el Invierno de Juego de Tronos

Jon y Tormund llevan una alianza con la que reinventar la salvación de Cuervos y Salvajes y así llegan a visitar a los 5.000 salvajes que esperaban la vuelta de su líder Mance Rayder. No llegó Mance, pero sí un líder Tormund que se apropia de la situación machacando a uno de los suyos ante la negativa de unirse a Jon. Su "No estamos aquí para luchar, estamos para hablar", no convenció en primera instancia.

Tormund mata a uno de los suyos, se impone y logra provocar una reunión para convencer a todos de que la mejor idea es partir con los cuervos para así alejarse del Invierno. Pero entre cantos de sirena, dudas y amistades denegadas, se despierta un hálito de confianza que renuevan los caminantes blancos. ¡AL FIN!

Cinco temporadas hemos tenido que esperar para ver en marcha a todo un arsenal de caminantes que arrasan con todo lo que se les pone por delante. "La supervivencia" que decía Jon, que no la amistad, se puso de manifiesto justo tras el debate. Sí, se habían unido a los cuervos y muchos de ellos ya huían en barcas antes de saber el futuro más cercano.

La luz azul de miles de párpados iluminó a HBO y el octavo tomó forma de noveno durante una épica batalla de veinte minutos que es tan difícil de relatar como de disfrutar de una sola tajada. Se necesitan varias y aún así parece imposible llegar a completar todo lo que nos ha faltado en cinco temporadas.

La satisfacción de la muerte en la que se sume el episodio es tan atrevida como real en cada uno de sus puntos y el ver a esas calaveras andantes es el grito definitivo que necesitaba la ciencia ficción de la historia para seguir avanzando. Los dragones despertaron, los cuervos de Bran continuaron el camino y al fin los caminantes han ofrecido de todas todas de qué son capaces.

En nada se queda el "le puse una flecha en el corazón a Mance Rayder" cinco minutos más tarde. Todos se unen para luchar y huir juntos de esos ojos azules que no cesan de multiplicarse montaña abajo. Lo que parecía una avalancha no eran más que huesos con ojazos celestiales.

Sin duda el punto álgido, más allá de las constantes muertes sin sorpresa llamativa, es la esperanza que encuentra Jon Snow en su Garra (Longclaw). En el reportaje sobre espadas hechas de acero valirio te lo explicamos con más detalle, pero la clave es que desde que recibiera esa espada a manos de Jeor Mormont, Nieve siempre ha tenido sin saberlo la solución a los Caminantes Blancos, vidriagón aparte. Y es con ella como elimina en concreto a aquel que vimos en su día montando a caballo y que tanto hype creó.

Pero amigos, hay tantos que son imposibles de contabilizar. Hay para todos los gustos, niños, soldados simples, jefes con poderes y ¡sorpresas! Porque claro, Jon, Tormund y los suyos logran escapar a medias tintas, pero cuando ÉL aparece a lo Yuna (toma comparación) y eleva esos brazos, los ojazos azules se multiplican como lo hicieron los vellos de punta de millones de espectadores.

Una batalla para nada, una guerra adelantada, muertes en vano y una ola de acción que nunca antes se había visto más que en Aguasnegras. Djawadi lo borda al final al igual que en el inicio, sabe tratar con delicadeza los episodios importantes y esto ha sido más una primera mitad del noveno que un octavo cualquiera, aunque parece imposible decir eso de un episodio de Juego de Tronos.